A día de hoy, el grafeno es, además de uno de los considerados materiales del futuro, uno de los focos constantes de generación de noticias en el campo de la innovación. Y es que, pese a prácticamente no existir de momento para el gran público, sus posibles aplicaciones van desde implantes cerebrales para luchar contra la epilepsia, hasta baterías que superan con mucho a lo ofrecido por las tradicionales.
El problema es que se tiende a desconfiar del grafeno porque sus aplicaciones no acaban de llegar, ante la imposibilidad de producirlo en masa. Sin hacer apología del prometedor material, es bueno recordar otras tecnologías y materiales de los que se dudaba o que durante mucho tiempo no tuvieron aplicaciones prácticas, para así saber que cualquier descubrimiento, con mucha investigación y desarrollo detrás, puede acabar aterrizando más allá de los laboratorios.
Pantallas OLED
La tecnología de pantallas OLED es, para muchos analistas y gran parte del público, la mejor en la actualidad. Con un contraste infinito, un negro totalmente puro, una gran viveza de colores y un consumo energético que cada vez va a menos, tras reducirse exponencialmente en los últimos años, son pocos los retos que le quedan a la tecnología más allá de mejorar en procesos de fabricación.
Sin embargo, es preciso recordar que la historia de la tecnología OLED se remonta a investigaciones que comenzaron en la década de los años 50, continuaron en las décadas posteriores y no se consolidaron en una tecnología de pantalla hasta 1987, cuando Ching W. Tang y Steven Van Slyke comunicaron que habían creado el primer dispositivo con OLED. Desde entonces ha ido madurando a grandes pasos, sin consolidarse hasta hace unos 6 años de manera masiva.
Gorilla Glass
Los mejores smartphones están, desde la década pasada, protegidos por un vidrio llamado Gorilla Glass del que acaba de anunciarse su quinta versión. Lo que no se sabe tan bien es la historia detrás de la tecnología que propició este material protector. En 1952, Don Stookey descubrió de manera accidental un material que, en vez de romperse, rebotaba, gracias a que la máquina ajustó una unidad de cristal fotosensitivo a 900 grados, frente a los 600 pretendidos.
Pese a explorarse distintos usos con otros materiales añadidos, no logró triunfar en los años 60, y quedó en el olvido. En los 2000 hacía falta un material resistente para proteger las crecientes pantallas de smartphones y tablets, y no había ninguna propuesta de la calidad que ofrecía la solución de Corning. Aunque sigue sin ser superior al zafiro, será difícil superar la simbiosis de Gorilla Glass y la era smartphone.
Clonación
En ciencia existen ejemplos infinitos de cómo hay que confiar en que, con los procedimientos adecuados, las investigaciones pueden llegar a buen puerto. La clonación tiene también una historia que nace en los años 50, cuando consiguieron clonar ranas y más tarde ratones. A partir de ahí se fueron perfeccionando las técnicas, hasta que en 1997 se produjo el caso más mediático, la oveja Dolly tenía ya meses de vida como fruto de una clonación. La novedad, más que la clonación en sí, era que la célula no era embrionaria, sino especializada.
Desde entonces se ha continuado experimentando, y ahora las dificultades, más que técnicas, son morales, en el sentido de que no se acaba de ver bien la consecución del verdadero objetivo, la clonación de seres humanos.
Células madre
Las células madre también son consideradas eterna promesa en ciertos aspectos. El concepto nace en 1868, pero hasta el siglo XIX no se utiliza de manera rutinaria. De manera similar a Gorilla Glass, tuvieron que pasar muchos años para poder reconocer su existencia más allá de la teoría, confirmándose como "aquellas que dan origen a células más especializadas, que forman parte de los tejidos del cuerpo".
Ahora, pese a que hay que seguir tratándolas con cautela, se utilizan activamente en tratamientos de cáncer, trasplantes o en regeneración cardíaca y vascular. Lo mejor de todo es que parece que lo mejor que pueden ofrecer las células madre está aún por llegar.
Comida en el espacio
A modo de anécdota merece la pena repasar la historia de la lechuga cultivada en el espacio. Tras 25 años desde la aparición del proyecto de "la máquina de ensalada", finalmente se está probando en la Estación Espacial Internacional la lechuga cultivada en el propio centro de investigación. Para ello, se emplea el "Veggie Plant Growth System", que se activó en mayo de 2014.
.@PopSci wrote about potentially growing lettuce in space in 1990. 25 years later, @StationCDRKelly and crew did it pic.twitter.com/YGnNADdA6Z
— Dave Gershgorn (@davegershgorn) March 16, 2016