El comercio electrónico, en todas sus dimensiones y popularizado por empresas como Amazon y eBay, han visto sus mejores cifras en la última década. Sólo en Estados Unidos, las ventas digitales crecen cuatro veces más que las físicas, y a nivel mundial, un 20% más que el año anterior según la consultora A.T Kearney.
En términos geográficos, el pódium está reñido entre Estado Unidos y China, con Reino Unido y Alemania como las siguientes opciones. El crecimiento de Alibaba, una suerte de Amazon chino que acaba de batir récords de ventas, ha jugado un papel esencial en la lucha por el primer puesto. En cualquier caso, una de las razones de este crecimiento masivo se ha encuadrado en el rápido aumento de los sitios online nativos, tanto en número como en nuevas geografías y por la entrada, prácticamente obligada, de los comercios físicos en el mundo digital. Añadiendo también el aumento de las compras a través de dispositivos móviles.
Sin embargo, para llegar a estas cifras, el comercio digital ha tenido que nacer, crecer y evolucionar hasta lo que conocemos hoy en día. Si las tarjetas de crédito VISA han sido una opción de pago relativamente recientes, esenciales para el crecimiento de las ventas online, mucho más tardía ha sido el comercio electrónico. Tal y como lo conocemos ahora, lógicamente.
La primera experiencia de comercio digital fue de la mano de una agencia de viajes
Lo que actualmente se entiende como comercio digital ha sido otro paso más de un largo proceso, y desde luego no el último, que se remonta a la venta por catálogo en Estados Unidos. Aquellos panfletos en blanco y negro, o a color, fueron los primeros en invitar a comprar productos sin haberlos visto antes. Y detrás de estos llegaron los tele-ventas como una versión renovada del papel, pero en la televisión.
Pero fue en 1981, prácticamente a la par que los primeros pasos de Internet, cuando se realizó la primera experiencia de comercio online. Hace ya 35 años, una agencia de viajes conectó a todos sus agentes para homogeneizar catálogos y ofrecer reservas inmediatas a sus clientes. Limitados por la normativa ligada a Internet en la época, que no permitía usar la red con fines comerciales, no sería hasta 1991 cuando el uso fue libre para todos.
La pionera en el comercio electrónico móvil fue Coca-Cola dando la posibilidad de comprar sus productos a través de un SMS
Entonces, ¿cuáles fueron los primeros productos oficiales que se vendieron a través de Internet? Los afortunados fueron un libro, en 1992, y una pizza dos años después; que suponía entrar en el mundo de los productos perecederos y con necesidad de entrega en muy pequeños espacios de tiempo. Dos elementos muy pequeños, pero que abrieron un mundo de posibilidades y experiencias a otros sectores. Y ya nos ponemos en 1995, el año del cambio. Amazon, Ebay y Zappos inauguraban sus primeros servicios e-commerce entre 1995 y 1998, y con ellos surgió la revolución de las compras digitales de una forma totalmente diferente a lo que, hasta la fecha, se había estado llevando a cabo. Estas inmensas multinacionales siguen creciendo hasta la actualizadad añadiendo nuevos servicios de venta, ampliando productos, sistemas de reparto o almacenamiento. La compra y descarga de música, copada en la actualidad por iTunes o Spotify, vio sus primeros pasos en 1998 con Ritmoteca. Las adquisiciones vinculadas a la geolocalización, o los pagos NFC, estandarizados en 2004, llegarían en los próximos años para completar todo un proceso que empezaba a posicionarse muy por encima de las compras tradicionales.
En cuanto al salto al mundo móvil, en claro ascenso en los últimos años por el auge de los smartphones, hay que darle las gracias a Coca-Cola. A través de los rudimentarios SMS, en 1997, la empresa de bebidas más popular del mundo daba la posibilidad de comprar y recibir en casa cualquiera de sus productos. Y de ahí, al salto en el desarrollo de las aplicaciones nativas para móviles. Tanto es así que las últimas experiencias de comercio digital lanzadas por Amazon se han centrado únicamente en el mundo mobile abandonando, por el momento, los ordenadores.
Desde luego unos inicios que nada tienen que ver con la actualidad.