Hace años se pusieron de moda repentinamente las pulseras o bandas deportivas. Para personas que llevaban mucho tiempo alejadas del deporte, su gran hito fue promover la gamificación, que convirtió el hacer deporte en un reto no sólo personal, sino que sirvió para competir con los conocidos en redes sociales que compartían el mismo modelo de pulsera.
Sin embargo, a la larga, para deportistas avanzados, las soluciones que ofrecían estaban aún muy lejos de lo que ofrecían relojes profesionales, por lo que volvieron a su estado anterior. Por suerte, pulseras deportivas como la nueva Samsung Gear Fit2 aúnan lo mejor de ambos terrenos.
Autonomía total respecto al smartphone
La primera gran ventaja de la nueva Samsung Gear Fit2 es que su GPS y varias de sus aplicaciones como el reproductor de música, ejercicio, pasos o frecuencia cardíaca pueden funcionar de manera completamente autónoma al smartphone. Ni mucho menos otras pulseras deportivas pueden ofrecer la misma calidad en la información proporcionada al usuario. Salir a correr sin el smartphone, es, en primer lugar, una liberación de peso, y por supuesto tener que cargar con ellos en el brazo puede resultar bastante incómodo.
En segundo lugar, para muchos corredores, el momento de salir a la calle es un momento de desconexión, y llevar el smartphone con notificaciones frena este estado por completo y nos devuelve al mundo de los mil sonidos de mensajes de WhatsApp, Facebook o Twitter.
Además, modelos como el Samsung Gear S2, -no disponibles por el momento en España-, que cuentan con una variante con conectividad a redes LTE que también incluye GPS, permiten incluso llamar por teléfono y obtener datos para las aplicaciones incluso aunque el dispositivo no se encuentre cerca.
Información mucho más profunda y de calidad
Las pulseras más sencillas daban información muy limitada. Distancia calculada en base a número de pasos obtenidos con el podómetro como Samsung Gear S2. Pero esta información nunca era tan exacta como la calculada con un GPS, que se guía por satélites que arrojan prácticamente un 100% de fiabilidad. Además, a diferencia del GPS, no hacían cálculos de recorrido, por lo que se perdía el punto visual de por qué partes de la ciudad se había movido el corredor, que siempre es un elemento motivador y reconfortante.
Máxima precisión y variedad de datos, las grandes ventajas del GPS
Esto no sólo ayuda a posteriori, ya que el GPS permite fijar zonas de mayor altura y de distinta intensidad. Intensidad que, a su vez, será muy bien captada por el sensor de ritmo cardíaco continuo. Esta medida es también la mejor manera de obtener un número aproximado de calorías quemadas, frente a otras estimaciones más débiles y poco fiables.
Por no hablar de las diferencias fundamentales para entender y contextualizar el esfuerzo realizado, que sólo unos cuantos modelos son capaces de medir. La conclusión de este punto es sencilla, siempre que haya GPS a bordo, no sólo se contarán pasos, calorías o velocidad, y distancia con más precisión, sino altura, recorrido y posición en todo momento, sin necesidad de gastar la batería del smartphone.