Los últimos resultados fiscales del fabricante de automóviles con sede en California complacieron a los inversores, gracias a unas pérdidas por acción cada vez menores y un gran y ambicioso plan para aumentar la producción en pos de satisfacer la ingente demanda por su futuro coche Tesla Model 3, que fue reservado por más de 325.000 interesados en apenas unos días.

Ahora el panorama no es tan idílico para la compañía. Hacer pública la intención o posibilidad de Tesla de adquirir SolarCity, compañía energética especializada en energía solar y presidida por Elon Musk, sembró dudas en Wall Street; una maniobra ambiciosa y puede que a destiempo cuando el principal objetivo del fabricante debe ser mejorar su cadena de producción para 2017. Y hace unos días, un conductor falleció a merced del sistema de conducción asistida, Tesla Autopilot, lo que hizo que se reabriese el debate sobre su fiabilidad y la eficacia de los futuros sistemas autónomos en el transporte del futuro.

Por si fuera poco, Tesla no logra cumplir con las expectativas de producción y distribución de vehículos, de largo sus dos principales focos. El fabricante atribuye el incumplimiento a un cambio en las líneas de producción ya solucionado, y explica que la mitad de la producción trimestral se logró en las 4 últimas semanas. Se ha llegado a producir casi 2.000 vehículos a la semana, indica el fabricante. Ese aumento ha propiciado que haya 5.150 vehículos en transito al final del trimestre, el doble que en el anterior, lo que ha contribuido a que no se logre alcanzar tampoco el número de coches entregados al cliente final.

El trimestre cierra con 9.745 Model S, la berlina deportiva, y 4.625 Model X, el todocamino de siete plazas, entregados. Tesla estima entregar 50.000 vehículos en el segundo trimestre del año, acercándose a la estimación más conservadora publicada a principios de año. Los números no son buenos, sobre todo en el caso del Model S. Es la primera vez que la cifra de distribución de su vehículo insignia cae trimestres seguidos y la más baja desde el tercer trimestre de 2014.

No todo son malas noticias para el fabricante. La expansión que está realizando a otros mercados como el surcoreano o el mexicano podrían estimular la demanda. Una versión con más potencia y características deportivas también debería aumentar las ventas, como ya ocurrió con las versiones P85D y P90D del sedan.

Por último, a escrutinio de clientes, inversores y prensa, se introducirá el Autopilot 2.0, función que podría atraer más ventas, pese a la desgracia que ha empañado un sistema pionero.