El Samsung Galaxy S7 edge ha demostrado ser el terminal del año en fotografía, autonomía y potencia. Si a ello se añade el enorme catálogo de juegos accesible en el Play Store y en su tienda de realidad virtual, el usuario tiene ante sí un terminal con el que, sumando los detalles que repasaremos a continuación, no echará en falta nunca más una consola portátil. Si el juego importa, el Galaxy S7 edge es la gran elección.
La mejor realidad virtual móvil
A estas alturas la oferta de Samsung con la realidad virtual es la mejor que podemos encontrar en ecosistemas móviles. Ya es posible, con la familia Galaxy S7 (y ciertos terminales anteriores), jugar, utilizando las Samsung Gear VR, a títulos tan populares como Minecraft, donde podremos experimentar y construir un mundo infinito con una gran inmersión, o Nobody Explodes, un videojuego con un planteamiento clásico pero muy innovador. A través de un mapa físico, tus amigos te ayudarán (a ti, jugador con las Gear VR) a desactivar bombas con toda clase de indicaciones.
Ergonomía y pantalla
Volviendo al terminal en sí, su hardware lo tiene todo para ofrecer la mejor experiencia en juegos, desde el interior, que luego veremos, a la forma externa. La ergonomía que ofrece su cuerpo de esquinas y laterales redondeados resulta perfecta para pasar horas jugando, a lo que se añade la posibilidad de bloquear los botones físicos, para que toques accidentales no interrumpan las partidas.
Su pantalla SuperAMOLED ofrece, además de negros puros y contraste casi infinito, un alto nivel de brillo que permite jugar igual de bien en casa que en exteriores durante los días soleados. Si la calidad de imagen es la prioridad, la densidad de píxeles que ofrece la pantalla 2K muestra con enorme nitidez las texturas de los personajes de los títulos.
Exynos 8890 y refrigeración líquida
Por dentro, el procesador Exynos 8890 ofrece un rendimiento gráfico más que suficiente para mover con fluidez los juegos más exigentes, gracias a sus 8 núcleos y a su chip gráfico Mali T-880 MP12. Pero la gran innovación del Samsung Galaxy S7 edge se encuentra en su sistema de refrigeración líquida. Frente a otros terminales, que ven su rendimiento reducido radicalmente cuando se calientan (por lo que también se vuelven incómodos para jugar), Samsung ha empleado un disipador de tan sólo 0.4mm.
Para eliminar el calor utiliza cambios en las fases del agua que se encuentra en su interior. Esta, a su vez, absorbe el calor producido por el chip del terminal y se convierte en vapor, que es conducido hacia zonas más frías para ser disipado. Gracias a un proceso de condensación, más tarde vuelve a convertirse en agua, y el ciclo se reinicia. Un aspecto muy interesante yq que se trata de procesos controlados por software mediante un algoritmo para asegurar la mayor eficiencia.
Game Launcher y Game Tools
El software también marca la diferencia en el juego. En el Samsung Galaxy S7 edge se ve con Game Launcher , un centro de control desde el que se puede acceder a todos los juegos instalados y configurar distintas opciones para tener una sesión de juego más placentera con el añadido de Game Tools. Por ejemplo, frente a esas situaciones en las que el jugador recibe una llamada y prácticamente debe pausar la partida por la misma, ofrece la oportunidad de no recibir notificaciones y alertas durante el juego, tal y como un modo "no molestar".
Por otra parte, y uniéndose a la moda en la que impera compartir vídeos de juegos con amigos en redes sociales y mensajería, es posible grabar la pantalla (e integrar nuestra cara jugando en el vídeo, gracias a la cámara delantera) con todo lujo de detalles. Por último, Game Tools, también incluye un modo que hará ahorrar batería al Galaxy S7 edge. Aunque gracias a sus 3.600 mAh de batería no tiene problemas de autonomía, pasar muchas horas horas es, de manera inevitable, algo que demanda máxima capacidad a este tipo de dispositivos. Para conseguir que el juego consuma menos energía, el sistema reducirá automáticamente la resolución y el número de cuadros por segundo.