Hoy se cumple el vigésimo aniversario desde la clonación del primer mamífero de nuestra historia, la oveja Dolly. Pero no ha sido el único. Lo que es menos conocido por la gente es que muchas mascotas también han sido clonadas a lo largo de la historia. Este año, de hecho, se cumplen quince años desde la clonación de la primera mascota, Copy Cat. Esta gata fue clonada en 2001 para vivir con sus dueños. Es más, ha tenido descendencia y una vida agradable desde entonces. ¿Cuál es su historia?
Copy Cat, el primer gato clonado de la historia
Hicieron falta 188 intentos. Según mostraron las pruebas genéticas posteriores, Copy Cat es una copia casi exacta de su madre, Rainbow. Aunque por su aspecto nadie lo diría. Sus manchas pardas no son iguales que el los parches rallados y tricolor de su progenitora. Aún así, la genética no miente. Solo confunde. Para poder clonar a Copy Cat, los científicos tomaron un óvulo y lo "enuclearon", es decir, le "sacaron el contenido genético". Tras esto, introdujeron el contenido genético de Rainbow en el óvulo. Después, introdujeron el óvulo en otra gata, Allie, quien hizo de "madre de alquiler" para Copy Cat. Y finalmente, la gatita nació sana y feliz.
Copy Cat no pretendía reemplazar a nadie. Era sólo un experimento para comprobar que se puede clonar a una mascota y que el resultado sea todo un éxito. Y lo fue, de hecho. Tanto es así que Copy Cat tuvo, cinco años después, su propia camada sin ningún tipo de problema. Algo, por entonces, bastante insólito. La clonación es una técnica de reproducción asistida muy especializada y compleja. De hecho, existen factores que todavía no comprendemos bien. Así, la gran mayoría de embriones frutos de la clonación son rechazados por la madre. Pero, ¿cómo estamos tan seguros de que Copy Cat es un clon?
Los científicos tomaron un óvulo y lo "enuclearon", es decir, le sacaron su contenido genético
Como ya hemos dicho, se comprobó el material genético con el de Rainbow. El resultado mostró que era idéntico. Entonces ¿por qué cambia el pelaje? Aunque la información genética es la misma, no siempre se expresa igual. El material genético tiene varios niveles de expresión que se controlan por diversos mecanismos, todos complejos y sofisticados. En concreto, el caso del pelaje de Copy Cat se denomina "reprogramación epigenética". Es un proceso por el cual la expresión de las características de Copy Cat no es igual que las de Rainbow, a pesar de que su material genético sea idéntico. Porque, como ya hemos dicho, la genética es un tanto caprichosa.
Mascotas clonadas para todos
Copy Cat sólo fue el primero de bastantes más. Admitamos que el experimento, más allá del interés científico, poseía un alto interés comercial. De hecho, varias compañías han seguido trabajando esta idea, poniendo al servicio de los clientes la posibilidad de "recuperar" sus mascotas perdidas. Muertas. Si Copy Cat fue la primera mascota clonada, Little Nicky fue la primera cuya finalidad era reemplazar a un animal anterior. En 2004, Genetic Savings & Clone clonó el gato de una mujer de Texas que había muerto un tiempo antes. El coste de esta operación fue de unos 50.000 dólares. Un par de años más tarde, BioArts International, en asociación con Sooam Biotech, anunció un programa de clonación para perros muertos. La intención es devolver a nuestro "mejor amigo" a la vida.
Actualmente, es factible clonar multitud de especies de forma relativamente efectiva. Aún así, el coste sigue siendo elevado. Como decíamos, es una técnica de reproducción asistida muy sofisticada que consiste en transferir el material genético a un núcleo previamente "vaciado". Además, en ocasiones hay que tratar el material genético previamente, con trasgénesis. Por si todo esto fuera poco, hace falta implantar y monitorizar al embrión con mucho cuidado. Y, por último, monitorizar a los clones nacidos para comprobar su estado de salud. Todo esto es la punta del iceberg de un tema bastante peliagudo y que crea mucha polémica. El debate está lejos de acabarse.
La guerra de los clones
50.000 dólares por un sólo gato. Esta cifra hace arquear más de una ceja. Los mayores críticos ponen de manifiesto que con ese dinero se podrían salvar miles de gatos de la eutanasia a los que se someten en centros de control de animales. Y lo hacen con razón. Pero las ansias de una persona por ver de nuevo a su mascota, aunque sea clonada, son imprevisibles. Y cada cual pude hacer lo que quiera con su dinero, aunque no parezca demasiado ético. Pero, vayamos más allá, a otras cuestiones. Como ya hemos dicho, la clonación es objeto, a veces, de modificación genética. Poco después del nacimiento de Dolly se clonó a Polly. Pero en esta ocasión se hizo una modificación genética particular.
Llevamos milenios seleccionando genéticamente las especies y características que queremos
¿Es esto correcto? ¿Está bien el que podamos clonar animales a nuestro antojo? Ya sean clones de animales muertos o animales seleccionados genéticamente, ¿es ético? Existen consecuencias ecológicas, biológicas y morales al respecto. Pero, ¿cuáles son? Por desgracia es un tema muy complejo. Llevamos milenios seleccionando genéticamente las especies y características que queremos. Solo hay que mirar los cientos de razas de perros. ¿Es malo acelerar ese proceso mediante una técnica biotecnológica? Copy Cat no sólo fue la primera mascota clonada, sino que disparó, junto a Dolly, un problema para el que todavía no tenemos respuesta. Sólo más preguntas.