Véronique Debord-Lazaro

Para los seres humanos, la facultad de formular preguntas y buscar las respuestas parece una actividad inherente a su naturaleza. Desde muy pequeños comenzamos a cuestionar por qué y cómo funciona lo que está a nuestro alrededor; si tenemos suerte las respuestas serán satisfactorias y veraces, otras veces será todo lo contrario, pero lo que sí es seguro es que no dejaremos de cuestionar.

Esta característica humana es sin duda el motor de los avances científicos y tecnológicos que disfrutamos (y sufrimos) en la actualidad. Si bien lo fantástico de la ciencia es que las respuestas que nos da no están escritas en piedra y que no nos exige un salto de fe para creerlas; muy por el contrario, las respuestas siempre son vulnerables a perfeccionarse, a evolucionar, a refutarse, anularse o cambiar por otras, y, aunque hay muchas respuestas que parecen inamovibles, también hay otras que no se confirman o, simplemente, no hay consenso entre los científicos.

La curiosidad humana es sin duda el motor de los avances científicos y tecnológicos de la actualidad

Algunas de estas preguntas parecen sacadas de cuentos para niños pequeños y puede sorprendernos cómo aún con todos los avances científicos seguimos sin responder. En este sentido elaborar algunas de esas preguntas sin respuesta: ¿por qué las jirafas tienen el cuello largo? Y bien podríamos decir que se trata de una cuestión de la evolución relacionada con la alimentación de estos bellos mamíferos, sin embargo, aunque esta respuesta puede no estar alejada, lo cierto es que no hay un consenso y sí muchas hipótesis.

Otra pregunta en este mismo sentido podría ser ¿cómo se orientan las aves migratorias? Y es que, estas sorprendentes aves regresan al mismo lugar cada año, comportamiento que ha quebrado la cabeza de los científicos quienes no tienen un consenso general al respecto.

Podríamos seguir mencionando otros cuestionamientos como ¿por qué soñamos?, ¿por qué los gatos ronronean? por ejemplo, sin embargo, hay dos preguntas en especial a las que les falta mucho camino por recorrer y probablemente no tengamos una respuesta. Son las siguientes:

¿Cuántos universos existen?

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Esta respuesta se vuelve, paradójicamente, cada vez más y más distante al avanzar los estudios sobre el espacio. Y es que los universos parecen inconmensurables. Simplemente detengámonos a pensar en el tamaño de la galaxia en la que vivimos y su cantidad de estrellas. El Sol solo es una de las 400 millones de estrellas que existen en la Vía Láctea. En este punto conviene recordar la memorable explicación de Carl Sagan para explicar la inmensidad el cosmos:

“Un puñado de arena contiene unos 10.000 granos, un número superior al de las estrellas que podemos ver a simple vista en una noche despejada. Pero el número de estrellas que podemos ver es sólo una mínima fracción del número de estrellas que existen. Las que nosotros vemos de noche son un pequeño resumen de las estrellas más cercanas. En cambio el Cosmos tiene una riqueza que supera toda medida: el número total de estrellas en el universo es mayor que todos los granos de arena de todas las playas del planeta Tierra.[…]”

Las cosas se complican más según la Teoría de Cuerdas pues propone que hay una infinidad de universos, los cuales estarían compuestos de partículas, propiedades y leyes diferentes a las conocidas. Incluso predice un multiverso de 10 a la 500 universos, esto es, un incomprensible e inimaginable cantidad de universos. Así pues, podemos apreciar que la única certeza con esta pregunta es que no hay consenso para responderla.

¿Hay vida en otros planetas?

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La búsqueda de vida en otros planetas ha sido inquietante para la humanidad. Incluso ha habido grandes esfuerzos por encontrar evidencia de la vida extraterrestre e instituciones dedicadas a esto como el SETI. Esfuerzo que no ha cejado con el paso del tiempo: el año pasado el multimillonario Yuri Milner con el apoyo del científico Stephen Hawking financió un proyecto para encontrar evidencia de vida fuera de la Tierra.

Por otro lado, sobra decir de las numerosas evidencias carentes de rigor científico de los entusiastas ufologos que tampoco cejan en sus esfuerzos por asegurar la existencia de vida en otros planetas. Lo que sí demuestran es que esta pregunta no deja de despertar un interés especial en las personas.

La ciencia estima, con las recientes observaciones de sus más poderosos telescopios (como el Hubble y el Kepler, que solo en la Vía Láctea podría haber hasta 50 millones de posibles planetas que alberguen vida; saber donde buscar vida extraterrestre, pues, se vuelve una prioridad.

Así, la respuesta científica sobre esta pregunta sigue abierta y activa con toda la curiosidad de estudiosos y personas de a pie que nos preguntamos si estamos solos en el universo (¿este universo?).

Para seguirnos cuestionando el siguiente video de TED Education que explica precisamente sobre estas dos últimas preguntas de las que nadie en la Tierra tiene las respuestas.

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