Presentado en septiembre del pasado año, el trabajo de Niantic y The Pokémon Company parecía un sueño hecho realidad para muchos de los que han crecido con la franquicia que dio sus primeros pasos hace ya veinte años. ¿Poder capturar Pokémon en la vida real mientras paseamos por la calle? ¿Dónde hay que firmar?
Ha pasado nueve meses y, pese a haber tenido un goteo de información menor del que a muchos nos hubiera gustado, Pokémon GO está a la vuelta de la esquina. Nosotros hemos podido probar una fase beta durante un fin de semana y os contamos qué nos ha parecido el primer gran proyecto de Nintendo en dispositivos móviles, con permiso de Miitomo.
Lo primero y más evidente, después de un par de minutos con el juego instalado en nuestro smartphone, es que Pokémon GO tiene bien poco que ver con sus “hermanos mayores” lanzados durante dos décadas en las consolas portátiles de Nintendo. Sí, aquí tenemos Pokémon (los 150 originales, para ser exactos) y nuestro objetivo no es otro que el de capturarlos. Más allá de eso, cualquier parecido es pura coincidencia.
La mentalidad de los experimentados en la franquicia ha de cambiar y afrontar el juego como si de un álbum de cromos se tratara. El núcleo consiste en recorrer un mundo real que, debido a las funcionalidades de geolocalización y realidad aumentada, estará poblado de distintos Pokémon; la pantalla principal del juego nos muestra a nuestro personaje (ligeramente personalizable, cambiando los colores y tipos de pelo y ropa) en medio de una adaptación del mapeado reconocido por GPS; en un pequeño cuadro, situado en la esquina inferior derecha, podremos ver algunos de los Pokémon que tenemos a menor distancia.
Capturar todos los Pokémon será una misión prácticamente imposible
De esta forma, tendremos que calzarnos las zapatillas y salir a la calle para ir encontrando las distintas criaturas. Nada más comenzar nuestra partida elegiremos entre Bulbasaur, Charmander y Squirtle, como no podía ser de otro modo, sirviendo a modo de tutorial de captura: una vez elegido el tipo de Pokéball a utilizar, tendremos que tocar en el centro de la criatura para lanzarla con acierto y comprobar si la capturamos. Una vez contemos con un Pokémon en nuestro equipo, podremos pelear: los enfrentamientos consisten en golpear repetidas veces la pantalla para ir dañando al rival y movernos a izquierda y derecha deslizando el dedo mientras cargamos nuestra barra de “ataque con fuerza”. Todo muy semejante a esos idle games tan de moda.
Otra de las reminiscencias de lo visto durante tantos años son los gimnasios, que aquí funcionan de forma muy diferente. Una vez vencido el líder de uno de ellos (al parecer, los habrá sin entrenadores) podremos tomar el control del mismo y defenderlo; cuánto más prestigio tenga dicho gimnasio, más Pokémon podremos elegir para su defensa. Incluso, pese a no estar disponible en esta fase de prueba, podremos realizar batallas múltiples con amigos.
El quid de la cuestión en este proyecto está en cómo se han repartido las criaturas a capturar. Desde Niantic y The Pokémon Company prometen haber tenido muy en cuenta las características de cada zona del mundo y, por lo tanto, encontrar personajes de tipo planta en un entorno urbano debería ser casi tan difícil como toparnos con Pokémon eléctricos en ambientes rurales. Los legendarios, a su vez, sólo podrán encontrarse en lugares concretos y en momentos exactos. En mi caso, en una zona cercana a la playa, encontré a Ponyta, Doduo y Ekans, entre otros.
La representación en 3D de las criaturas es muy atractiva, incluso más que en Nintendo 3DS
Esto, que tiene toda la lógica del mundo, podrá ser un tanto frustrante para muchos: debido a las limitaciones a la hora de viajar y movernos entre distintos territorios, es muy posible que nuestra Pokédex se quede estancada antes de la cuenta. Al final, como decíamos al principio, hay que cambiar el chip para disfrutar de Pokémon GO. Habrá que ver si la crianza de huevos, herencia lógica de la saga al eclosionar tras alcanzar un número concreto de pasos, sirven para solventar dicho problema.
No hay que olvidarse de la tienda. Pokémon GO será un videojuego gratuito cuyos pagos in-app estarán destinados a obtener monedas (los precios irán desde 1,09€ hasta 109,99€) para adquirir distintos objetos y mejoras antes de tiempo, sin esperar a conseguir el dinero necesario por nuestra cuenta. Desde más y diferentes Pokéball hasta huevos suerte (duplican la experiencia ganada), incienso (atrae más Pokémon salvajes) o aumentos de espacio en nuestra mochila o nuestro equipo Pokémon.
Al final, Pokémon GO es un experimento inteligente y totalmente compatible con el resto de videojuegos de la compañía. El principal miedo, que las piezas no encajaran, se elimina de un plumazo tras probarlo durante unas horas y, ahora, solo queda comprobar la forma en la que Niantic, The Pokémon Company y Nintendo dotan de longevidad un videojuego tan goloso para muchos.