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Ni un segundo de tregua. Este es el sistema de batalla que tiene montado el sector del taxi contra la CNMC, Uber y Cabify. Pero ahora también contra ellos mismos; aunque realmente esto no es una novedad. Hoy nos levantábamos con lo que solo era la confirmación de que una guerra civil en la parte más tradicional del negocio del transporte, el taxi, se estaba desatando. El Confidencial, publicaba una noticia que hablaba precisamente de esta cuestión.

Los líderes de las diferentes asociaciones del taxi llevan meses sin encontrar un punto de acuerdo comúnEn su investigación, confirma que Julio Sanz, presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, había solicitado 5.000 licencias VTC. Sí, esas mismas que necesitan Uber y Cabify para circular y que tan preciadas son por su escasez. La compra, de realizarse, pondría las cosas muy complicadas a las dos empresas de transporte por licencia VTC debido a la ley omnibus que determina el porcentaje 1/30; ante esta cuestión Uber no ha querido hacer declaraciones, pero Cabify sin embargo, defienden la libre competencia:

"Si finalmente se otorgaran estas autorizaciones, aunque el mercado de VTCs en Madrid podría, en principio, estar preparado para absorber poco a poco un volumen relevante de nuevas licencias, creemos que la entrada simultánea de 5.000 licencias tendría un impacto en los actuales operadores, afectando al valor de las licencias y al negocio de muchos profesionales taxistas que están actualmente en el mercado. Una adjudicación repentina de esta dimensión distaría de la tan comentada vía de "liberalización progresiva y pausada" que están gestionando cuidadosamente las distintas administraciones públicas involucradas”

Sin embargo, como confirma Julio a Hipertextual, "es sólo una petición judicial, un proceso largo y complicado, que ha sido denegada (aunque será recurrido); simplemente se ha hecho para dejar claro que estamos dispuestos a hacer de todo para defender al sector", o lo que es lo mismo, dificultar la entrada a la competencia y "forzar a la Administración a tomar cartas en el asunto". Una Administración con la que se han reunido recientemente para abordar estas cuestiones y otras tantas. Una de ellas, y que marcaría un antes y un después en esta situación, es la que comenta Julio en la que se está hablando de "obligar a los conductores VTC a llevar pegatinas identificativas". Es decir, se podrá identificar a los coches de Uber y Cabify, aunque no ha querido decir estos nombres.

Quitándole hierro al asunto, confirma que pese a las afirmaciones de algunas fuentes de que, en el caso de disponer de las licencias VTC, "ellos no harían un uso especulativo con ella". Aunque tampoco ha querido decir la finalidad de las mismas. Lo cierto es que su precio estaría en torno a los 150 millones de euros, pero los taxistas no requieren de esta licencia por lo que solo quedaría venderlas a la competencia, lo cual carece de sentido porque quieren deshacerse de ella, o guardarlas. Más leña al fuego y otra incógnita más.

Al final, esto aborda una cuestión mucho más simple: las diferencias internas entre los distintos sectores del taxi. Miguel Ángel Leal, de la Gremial del Taxi y en declaraciones a El Confidencial, confirmaba que esto era ir totalmente en contra del sector del taxi, y una forma poco lícita de luchar contra la nueva competencia, Julio simplemente no quiere "abordar temas internos entre asociaciones, y que llegado el caso de que se geste un movimiento estratégico en alguna de ellas no se meterán".

UberX 2

Desde luego, uno de los líderes de las gremiales del taxi que parecía el más conciliador en cuanto a las medidas que se iban a tomar para afrontar el problema, ha dado la campanada. Recordemos que Julio Sánz recusó asistir a la manifestación convocada por Miguel Ángel Leal ante la CNMC por considerarlo innecesario.

Y es que la hemeroteca, que siempre tiene esa cruel manía de aparecer, hace contrastar estos recientes acontecimientos con lo que el propio Julio Sanz confirmaba hace unos meses. Hipertextual tuvo la oportunidad de hablar con él, con el motivo de la llegada a Madrid de nuevo de Uber y confirmaba que (respecto a Uber) "lo consideraban legal por lo que no ven nada malo en esa rama de actividad, siendo otro tipo de competencia en el mercado". Solo realizarían alguna manifestación legal en el caso de que se incumpliesen las medidas limitadas a las licencias VTC.

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