conquista de américa

La Doncella, una de las momias encontradas en Llullaillaco (Argentina), fue estudiada en la investigación del ADN ancestral. Crédito: Johan Reinhard.

Cerca de la cima del volcán Llullaillaco, al noroeste de Argentina, se encuentra el lugar con restos arqueológicos más alto del mundo. A casi 6.800 metros sobre el nivel del mar, la inhóspita zona era famosa por albergar ruinas precolombinas en plena cordillera de Los Andes. Así lo aseveran los relatos de montañistas y excursionistas que caminaron por esta región durante el siglo XX. En 1999, la expedición dirigida por Johan Reinhard y María C. Ceruti se propuso explorar el sitio. La sorpresa fue mayúscula cuando se descubrieron las luego conocidas como momias de Llullaillaco. Tres niños, de seis, siete y quince años, yacían en un rincón casi en la cima de la montaña. Sus cuerpos congelados, junto a un rico ajuar funerario, estaban en tan perfecto estado de conservación que los jóvenes parecían dormidos. Solo que llevaban reposando plácidamente desde hacía más de cinco siglos.

El análisis del ADN ancestral de 92 momias y esqueletos sugiere que, después de la conquista de América, se produjo una "purga" genética de las poblaciones indígenasUna de las momias argentinas, bautizada como La Doncella, fue estudiada junto a otros restos arqueológicos procedentes de Perú, Bolivia, Chile o México. El objetivo de los científicos, liderados de nuevo por Johan Reinhard, era analizar el ADN ancestral con el objetivo de trazar el "mapa genético" de los primeros nativos que poblaron el continente americano. Los resultados, publicados en Science Advances, muestran que la conquista de América por parte de los europeos provocó una "purga genética". Esto explicaría por qué en las poblaciones actuales no se encuentran apenas restos de ADN de aquellos primeros nativos.

El análisis del genoma mitocondrial de 92 momias y esqueletos precolombinos, según la Universidad de Adelaida (Australia), confirma el "devastador impacto de la colonización europea en las poblaciones indígenas americanas en esa época". La "extinción" que se produjo a nivel genético coincidió con la llegada de los españoles al continente. "El único escenario que encaja con los resultados es que, tras la conquista de América, las civilizaciones allí establecidas se aislaron geográficamente unas de otras, de forma que estas poblaciones poco a poco fueron desapareciendo". Esto también concuerda con la hipótesis de la catástrofe demográfica que ocurrió tras la llegada de Cristobal Colón en 1492, aseguran.

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Restos humanos encontrados en el sitio arqueológico de Huaca Pucllana en Lima. Crédito: proyecto de investigación, conservación y restauración Huaca Pucllana.

Esta no es la única conclusión del trabajo. La secuenciación del ADN ancestral también aporta nuevas evidencias sobre la historia de América. La "reconstrucción genética" que han conseguido permite confirmar que los primeros pobladores llegaron al continente hace 16.000 años. Lo hicieron por la costa del Pacífico, utilizando la vía del puente de Beringia cubierto por entonces de hielo, que conectaba Siberia con América. Alan Cooper, director del University of Adelaide's Australian Centre for Ancient DNA (ACAD), explica que se habrían "expandido por el sur muy rápidamente, alcanzando Chile hace aproximadamente 14.600 años".

La diversidad genética de estas poblaciones asiáticas era limitada, en opinión de Lars Fehren-Schmitz, coautor del trabajo, ya que habían permanecido aisladas en Beringia en un período comprendido entre los 2.400 y los 9.000 años. Esto también provocó que las primeras civilizaciones, que llegaron miles de años antes de la conquista de América, presentaran una pobre diversidad genética. En el futuro será clave analizar un mayor número de muestras de ADN para seguir reconstruyendo el pasado de aquellas primeras civilizaciones y las consecuencias de la conquista de América.