La cámara del nuevo Samsung Galaxy S7 edge nos ha sorprendido a todos. Y es que son muchas las novedades que incorpora respecto a la anterior generación. Después de varios años perfeccionando los resultados en general, la apuesta en este nuevo modelo se ha centrado en las fotografías en entornos con poca luz. Para conseguirlo, Samsung ha incorporado un nuevo sensor con píxeles más grandes y mayor apertura. Así obtenemos una foto final con mucha más luz y más brillante. Pero, ¿hasta qué punto se nota en las fotografías? Hemos salido a dar un paseo con el Galaxy S7 edge, y estos son los resultados.
Luminosidad, nitidez y mayor rango dinámico
Fotografiar el fuego siempre es complicado, porque las fotos salen muy quemadas con alta exposición, pero muy oscuras si el obturador se cierra muy pronto o si se expone en la luz. El Galaxy S7 edge obtiene aquí un gran detalle en la zona de las brasas (haciendo click sobre las imágenes se pueden ver con más resolución), y también en la leña que aún no se ha consumido totalmente, ambos puntos oscuros de la imagen. Sin embargo, gracias al rango dinámico, también muestra con gran claridad el fuego sin que la imagen se vea perjudicada.
La cámara de Galaxy S7 edge resuelve aquí mucho mejor el balance de blancos por una parte, gracias a que maneja mejor la luz que entra en la lente, y la reproducción general de color por otra. El aumento del tamaño de los píxeles y del tamaño del sensor hace que se capte un 95% más de luz. Así, con muy poca luz, obtenemos una foto en la que conviven gran variedad de tonos, desde los muy oscuros del carro de la izquierda, hasta los anaranjados del cielo en la zona inferior.
A lo largo de un paseo por Madrid, en Plaza de España, también obtenemos una foto que nos encanta. Por un lado vemos el monumento de Cervantes como punto central, pero el manejo de las luces permite que se vean, aunque con mayor lejanía, perfectamente las fachadas, como la del Edificio España, que vemos justo detrás. Gracias a la ayuda del estabilizador, que hace que la sensibilidad ISO pueda permanecer baja con un tiempo de exposición más prolongado, de nuevo tenemos una toma con muy poco ruido y sin trepidación.
En esta fotografía, tomada en el regalo egipcio que es el Templo de Debod, también vemos cómo pese a la alta iluminación, las zonas del monumento aparecen perfectamente expuestas. El aumento de luz de la cámara se ve muy claro aquí, y las diferentes formas de las columnas de distinguen sin que la imagen resulte empastada por un postprocesado excesivo.
Aprovechando la gran apertura f1.7
Aquí pasamos al gran estandarte de la cámara de Galaxy S7 edge, la profundidad de campo que nos ofrece su gran apertura. Además de aportar un 25% más de brillo, permite hacer macros muy pronunciados y cercanos, y, a la vez, consigue que el fondo de la imagen aparezca con un desenfoque incluso mayor al que ya existía el año anterior. Esto permite mostrar con mucha precisión objetos sobre los que deseemos poner toda la atención, como en esta foto la cerveza, algo realmente estético para fotos en redes sociales.
Galaxy S7 edge tampoco defrauda sobre objetos o fluidos en movimiento, como vemos en las próxima imagen donde el agua es la gran protagonista. Pese a contar con muy poca luz en ambas, el modo automático es capaz de subir la velocidad de exposición y, aun así, captar con gran nitidez el detalle del agua, en movimiento arriba, y quieta debajo. Las novedades que presentan los píxeles individuales en cuanto a enfoque (ahora todos intervienen en detección de fase) hacen que este sea instantáneo.
Un modo Pro con el que experimentar
La imagen del paseo que os mostramos es una foto experimental hecha en modo manual, alterando la velocidad de obturación y jugando con las luces. Pese a ser una toma lenta realizada a 1/5s, el estabilizador ayuda a mantener la toma muy nítida, y la foto muestra sin problema los destellos del juego de luces de las manos, generando una bonita imagen.
Al igual que en la foto del carro, la forma en que el terminal capta aquí los colores controlando el modo manual resulta muy agradable a la vista. Tanto las sombras, como el atardecer, resultan muy equilibrados. Lo conseguimos jugando con los ajustes de sensibilidad, exposición y balance de blancos.
Y por último, una fotografía tomada en RAW y procesada por nosotros. Con esta opción, los usuarios avanzados pueden incluso mejorar las fotografías tomadas en automático y jpeg, ajustando con mucha mayor precisión y flexibilidad todos los aspectos de las fotografías.
La cámara de Samsung Galaxy S7 edge, como conclusión, nos ha parecido lo mejor que se puede encontrar en el mercado a día de hoy, tanto si buscamos una cámara buena en todos los campos, como si lo hacemos específicamente en fotografía nocturna. No sólo hace fotos mucho mejores, las hace más rápido y con un enfoque instantáneo en cualquier situación situación. 2016 es, por fin, el año de la fotografía móvil nocturna.