Podemos podrá gustar más o menos, pero si algo se le puede reconocer es que ha sabido llevar al Congreso de los Diputados a personas con un conocimiento y una adaptación a Internet como no solíamos ver antes. El mejor ejemplo, seguramente, sea David Bravo, un viejo conocido de la red en España desde que, haciendo honor a su apellido, luchó con bravura contra miuras como la SGAE e incluso se permitía hacer una suerte de monólogos de humor que en realidad eran dardos envenenados hacia, nuevamente, la SGAE y la legislación española que le protegía.
Primer paso para la derogación de una tasa ilógica que nació muerta
Ahora, ya a punto de encorbatarse y diez años después de sus primeros pinitos en la fama online, continúa luchando por la reforma de la legislación en materia de propiedad intelectual para cambiar de vía hacia una menos punitiva. Ya en su programa electoral Podemos hablaba de eliminar la "tasa Google", entre otras medidas. Y así ha sido. O al menos eso es lo que ha comenzado a intentarse desde hoy, cuando el propio David Bravo ha propuesto en el Congreso la derogación del artículo 32.2 de la Ley de Propiedad Intelectual, A.K.A. "tasa Google".
Esta tasa, operativa desde el 1 de enero de 2015, y que se llevó por delante a Google News en España, ha acabado suponiendo un disparo en el pie incluso para sus defensores más acérrimos. Un buen ejemplo, el del grupo PRISA, que tras defender como nadie el carácter irrenunciable de esta tasa, acabó renunciando a ella en un guiño a Google para que volviese a activar el agregador que tanto tráfico les llevaba.
Según Bravo, "hay que derogar la 'tasa Google' ya que ha quedado demostrado que es un error. Los agregadores no son un sector enfrentado a los editores, se sirven de sus noticias, son complementarios". No le falta razón: ha sido un error desde el planteamiento hasta su entrada en vigor.