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Crédito: Der-Hsien Lien y Hiroki Ota

El ejercicio, la fiebre, el estrés o la menopausia son algunas de las causas que están detrás de la sudoración. Este proceso, controlado por el sistema nervioso autónomo, nos ayuda a regular nuestra temperatura corporal, aunque la presencia de ciertos manchas en nuestra ropa -por naturales que estas sean - sirva como razón suficiente para avergonzarnos. Pero el sudor, el mismo que lucimos orgullosos cuando salimos a correr o el que tratamos de esconder si estamos nerviosos, podría por fin servir para algo -científicamente hablando-. Eso es lo que demuestra un trabajo publicado en Nature, que ha conseguido desarrollar el primer wearable eficaz para monitorizar nuestra salud gracias a este fluido biológico.El prototipo diseñado permite realizar análisis no invasivos para monitorizar nuestro estado de salud

Hace algo más un siglo, Embden y Tachau fueron los primeros en analizar la composición química del sudor. La tarea no era sencilla. La baja secreción de este líquido en condiciones fisiológicas dificultó durante décadas este tipo de estudios, hasta que Olaf Mickelsen y Ancel Keys determinaron por primera vez cuáles eran los ingredientes del sudor. Investigaciones sucesivas, que han empleado técnicas innovadoras como la metabolómica, han permitido confirmar aquellos resultados incipientes y mejorar nuestro conocimiento acerca de un fluido biológico calificado en numerosas ocasiones como "desagradable". Hoy en día sabemos que el sudor es una secreción formada por agua, sodio, potasio, cloro, lactato, urea, amoniaco y otros compuestos químicos.

Pero al igual que ocurre con otros fluidos biológicos como la sangre o la orina, nuestro sudor puede servir como indicativo para comprobar el estado de salud de una persona. Cambios en la concentración de los metabolitos presentes se convertirían en auténticos indicativos para diagnosticar una enfermedad de forma precoz. Además, estos análisis se harían de forma no invasiva. "El sudor humano contiene una información muy interesante a nivel fisiológico", explica Ali Javey, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación en la Universidad de California (Berkeley). Su complejidad y la necesidad de medir diversos parámetros de forma simultánea, sin embargo, habían impedido hasta la fecha que el fluido biológico fuera empleado para monitorizar nuestra salud.

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Ali Javey et al. (Nature)
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Cinco sensores miden a la vez la composición del sudor, calibran los datos con la temperatura corporal y envían la información a nuestro smartphone.

Los científicos de la Universidad de California, apoyados por investigadores de la Universidad de Stanford y el Lawrence Berkeley National Laboratory, han conseguido desarrollar el primer wearable eficaz para analizar la composición del sudor en tiempo real. Su eficiencia se basa en haber diseñado una red de biosensores flexibles capaces de medir los metabolitos y los electrolitos que se encuentran en el sudor, calibrar los datos en función de la temperatura de la piel y sincronizar la información a través de nuestro smartphone. Este prototipo, según fuentes de la Universidad de California, abre la puerta a que los wearables del futuro nos puedan alertar sobre una posible fatiga, deshidratación o elevadas temperaturas corporales.Los wearables del futuro podrían detectar la deshidratación, fatiga o anomalías en la temperatura corporal de los usuarios

El desarrollo de este sistema nos permite pensar en un fin próximo de las agujas. Pero como destacan los investigadores, la red de cinco sensores incluye la posibilidad de calibrar las medidas, un paso muy importante para detectar los niveles de glucosa y lactato, muy sensibles a la temperatura que presente nuestra piel. Junto a estos sensores se encuentra una placa de circuito impreso que permite, entre otras tareas, transmitir los datos obtenidos por diferentes sensores, de forma inalámbrica a una aplicación con la que sincronizarlos en el móvil. Este prototipo ha sido implementado satisfactoriamente en dispositivos weareables, además de ser probado con éxito en una docena de voluntarios. Según publican en Nature, el prototipo diseñado tiene importantes aplicaciones en la monitorización de nuestro estado de salud y el diagnóstico personalizado. El importante avance tecnológico hoy presentado, sin duda, abre nuevas oportunidades en el campo de la medicina, donde el sudor por fin podría tener una utilidad importante para cuidar nuestro bienestar.