autismo

Zilong Qiu et al. (Nature)

El autismo, conocido también como Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), es una variedad de condiciones que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral. Como consecuencia, los pacientes afectados tienen dificultades serias en habilidades como la interacción social y la comunicación, además de presentar conductas esterotípicas, restringidas y repetitivas. La ciencia no ha podido hasta la fecha determinar las causas del trastorno diagnosticado por primera vez en 1943 por el psiquiatra Leo Kanner.Hasta la fecha se usaban ratones como modelos animales para estudiar el autismo, por lo que el estudio nos permitirá conocer mejor las causas del trastorno

Un equipo de investigadores de la Academia de Ciencias de China ha logrado crear los primeros monos transgénicos que expresan conductas similares a las observadas en el trastorno del espectro autista. Su trabajo, publicado en la revista *Nature, permite contar con modelos animales diferentes a los roedores para estudiar el autismo. La ingeniería genética ha posibilitado el desarrollo de primates no humanos que muestran algunos síntomas característicos del autismo, tales como menor interacción social con otros individuos de su misma especie, movimientos motores repetidos y respuestas de estrés más acentuadas.

"El estudio es una ampliación importante de la investigación realizada en modelos de roedores con trastornos relacionados con el gen MECP2*, que presentan características parecidas a las del autismo", comenta la Dra. Melissa Bauman, profesora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California. "Los ratones presentan diversas ventajas, como un bajo precio o la posibilidad de generar estudios piloto con grandes tamaños de muestra; sin embargo, el trastorno del espectro autista es un problema que se observa solo en humanos, por lo que es limitado investigar este síndrome únicamente en ratones", ha añadido. La posibilidad de contar con monos transgénicos que muestran síntomas parecidos al autismo nos permitirá analizar a fondo este trastorno, además de probar nuevas terapias para aliviar los síntomas.

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Dubova | Shutterstock

La modificación genética se realizó empleando lentivirus, una clase de virus que portaban el gen MECP2, consiguiendo que nacieran ocho monos transgénicos. Los primates no humanos fueron luego estudiados para saber si mostraban características típicas del autismo, como la interacción social limitada o los problemas en las funciones cognitivas que suelen presentar los pacientes afectados por el trastorno. El equipo de Zilong Qiu también demostró que la descendencia de los monos transgénicos conservaba la modificación genética introducida, de forma que podían estudiar los mismos síntomas en los hijos de los primates desarrollados inicialmente.

Según ha señalado el Dr. Eric J. Vallender, de la Universidad de Mississippi, "el autismo es un trastorno increíblemente complejo que no responde a una única causa biológica. Aunque se sabe que existe un componente genético que predispone al desarrollo de este síndrome, todavía queda un largo camino por recorrer para entender la genética del autismo. Algunos de los casos derivan de eventos genéticos sencillos, como mutaciones en MECP2 o duplicaciones en MECP2, pero los autores del trabajo son muy cuidadosos al describir este modelo animal como un modelo de la duplicación del gen MECP2, que mostraría algunas conductas propias del autismo, pero no generalizan sus resultados a la hora de hablar de todos los casos del autismo". La investigación publicada en Science, por tanto, nos ayudará a comprender un poco mejor uno de los trastornos mentales más intrigantes.