Jessica Jones es la última producción grande Netflix en 2015, aunque al gigante del streaming aún le quedan algunos originales menores por estrenar, con esta serie de Marvel despide un grandioso año de contenido propio por todo lo alto. **Jessica Jones** es en la opinión de muchos, lo mejor que ha hecho no solo Netflix, sino Marvel. Lo tiene todo, está formidablemente escrita, las actuaciones han sido de otro mundo, la trama es capaz de tratar temas delicados uniéndolos con la fantasía de un universo de superhéroes sin caer en clichés ridículos y baratos, y además está llena de simbolismos que solo añaden más profundidad a la historia contada.
Uniforme de heroína
En una época pasada, Jessica, convencida principalmente por su mejor amiga Trish, decide usar sus poderes para ayudar a las personas. Casi la convence también de usar un ridículo disfraz de héroe hecho de spandex que conociendo a Jessica y su personalidad sabemos que le pareció una idea completamente estúpida. En los cómics, Jessica si se convierte por un periodo en "Jewel" una superheroína que utiliza un traje blanco muy ceñido y un antifaz. En la serie en cambio, nunca vemos semejante acto completamente fuera de personaje, pero la carrera de Jessica como heroína si llega a su final de la misma manera: Kilgrave.
Sin embargo, en la adaptación de Netflix Jessica si tiene un traje simbólico, su propio uniforme de heroína, su armadura, una pieza de ropa que casi nunca se quita: la chaqueta de cuero. Es gracioso, en cierto momento cuando ya has visto al menos media docena de episodios te dices "esta mujer siempre lleva la misma ropa". Resulta interesante porque estamos acostumbrados a ver a los superhéroes usar trajes llamativos y usualmente las historias le dedican cierto tiempo a esa fusión entre la identidad secreta y el disfraz. Jessica rompe completamente con esa tradición, no le interesa esconder su identidad, porque tampoco le interesa salir a salvar al mundo. Su traje de heroína funciona simplemente como protección personal, es una barrera simbólica entre Jessica y los demás, algo detrás de lo que esconderse y sentirse segura, y que si nos fijamos bien, solo se quita en momentos de vulnerabilidad como cuando duerme, conversa con Trish de forma intima, cuando tiene sexo con Luke, un hombre hacia el que tiene sentimientos, y cuando se disfraza para pasar desapercibida y no ser reconocida por Kilgrave (que además la acusa de tener un terrible gusto para vestirse).
Hope Shlottman
Otro simbolismo muy interesante que utiliza Jessica Jones, es el personaje de Hope Shlottman, esta mujer literalmente se llama "esperanza", y Jessica pasa el 80% de la serie intentando salvarla a como de lugar. Hope es, básicamente, el principal motivo de Jessica para no huir de Kilgrave, para enfrentarse a él, pero sobre todas las cosas a no permitir que este despiadado hombre la convierta nuevamente en una asesina.
Sabemos que una de las cosas que más trastorna a Jessica es la culpabilidad que siente por haber matado a Reva, a pesar de que lo hizo bajo el control mental de Kilgrave, a Jessica la persigue el recuerdo de esta mujer que murió en sus manos. No solo le aterra lo que Kilgrave puede hacerle a ella, lo que más miedo le causa a Jessica es lo que Kilgrave sea capaz de ordenarle hacer a otros, y lo terrible que pueden ser sus habilidades en las manos de semejante enfermo.
Jessica se aferra a la idea de atrapar a Kilgrave y no matarlo para poder demostrar la inocencia de Hope y sacarla de prisión. Contra toda lógica de supervivencia y consejo de cualquiera, Jessica no cree que matar sea la respuesta, no quiere hacerlo. Se niega a convertirse nuevamente en una asesina, se niega a que Kilgrave la obligue a ser una asesina. No es hasta que Hope se suicida que Jessica abandona la esperanza de solucionar el problema sin mancharse las manos de sangre, es cuando decide que Kilgrave debe morir.