"No vuelvo a beber". Esa será una de las frases más repetidas dentro de unas horas, cuando 2016 se estrene regalándonos una resaca para comenzar el año. Haciendo mención a la conocida canción de Ramoncín, los "litros de alcohol" que ingerimos para celebrar la Nochevieja pasarán factura a nuestro organismo en forma de dolor de cabeza, temblores, mareos o escalofríos repentinos.
La resaca, también denominada cruda o guayabo en otras regiones, es un conjunto de síntomas que aparecen cuando los niveles de alcohol en sangre (Blood Alcohol Concentration, en inglés) bajan a cero. A pesar de que este síndrome es bien conocido por todos, sus causas siguen siendo un misterio para la ciencia, ya que aparece cuando el alcohol y sus metabolitos han desaparecido de nuestro cuerpo.
¿Beber agua, comer más?
Es en ese momento cuando empezamos a sufrir una terrible sed, acompañada de fuertes dolores de cabeza y posiblemente de estómago. Entre los mitos sobre la resaca también se encuentra aquel que dice que provoca deshidratación. Para nuestra desgracia, beber agua antes de ir a dormir no nos servirá a la mañana siguiente. La deshidratación y la resaca son dos procesos diferentes que ocurren tras una noche demasiado larga, pero no se originan por una relación de causa-efecto como se suele decir.A pesar de la creencia popular, la resaca no produce deshidratación
¿Entonces por qué nos encontramos tan mal? Según explicaba Marta Palomo en *Agencia SINC*, nuestro organismo es capaz de generar ciertas "señales de alarma" cuando ingerimos demasiado alcohol. La teoría inmunológica, defendida por investigadores como Joris C. Verster, propone que el sistema inmunológico es capaz de emitir unas moléculas denominadas citoquinas, que serían las "culpables" del malestar físico y el dolor de cabeza que sufrimos.
La gravedad de nuestra resaca no solo vendrá determinada por la cantidad de alcohol ingerida, sino también por lo que hayamos bebido. En ese sentido, un estudio publicado en *Alcoholism Clinical & Experimental Research* demostró que la resaca será peor si bebemos whisky que si tomamos vodka. La razón no es otra que los congéneres, unas sustancias tóxicas que empeoran aún más los efectos dañinos del etanol y el metanol. Este también es el motivo por el que el alcohol de garrafón produce peores resacas: tiene más congéneres.
La falta de sueño, según el grupo de investigación *Alcohol Hangover Research*, es otra razón por la que el consumo de alcohol es tan perjudicial. Algunas investigaciones apuntan, de hecho, a que muchos síntomas de la resaca son producidos en realidad por no haber dormido bien la noche anterior. Pero si beber agua antes de acostarse o durante las horas de sueño no funciona, ¿qué podríamos hacer para evitar la resaca?No existe un remedio mágico contra la resaca. ¿La solución? No beber tanto la próxima vez
Como habrás podido suponer: nada. Un vaso de leche, una taza de café, zumos o infusiones. Ninguno de estos remedios ha demostrado ser eficaz contra la resaca. Pero la búsqueda de remedios contra este síndrome tan habitual continúa. Para aliviar algunos de los síntomas, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos aconseja tomar bebidas isotónicas, que nos ayuden a reemplazar los electrolitos perdidos, y tratar de descansar y dormir en lo posible.
Los especialistas también recomiendan evitar el paracetamol, ya que en combinación con alcohol puede producir daños en el hígado. El ibuprofeno o la aspirina, en el caso de niveles muy elevados de alcohol, también pueden afectar a nuestro estómago -ya de por sí perjudicado-. Comer de forma abundante después de una noche de fiesta tampoco nos ayudará, aunque sea una de las medidas más populares, de acuerdo a un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Neuropsicofarmacología. En definitiva, no existen remedios mágicos contra la resaca. Tal vez solo uno: no beber la próxima vez para evitar los síntomas que hoy te acompañan.