Por primera vez en nuestra historia, un grupo de investigadores ha desvelado el mapa epigenético del el trigo. Vale, ¿pero qué implicaciones tiene esto? ¿Qué es y para que sirve la epigenética? Las aplicaciones prácticas de este hallazgo pueden resultar impresionantes. Solo hay que orientarlas adecuadamente. Además, nos permitirá entender mucho mejor la manera de funcionar de nuestros mecanismos genéticos. Por no decir que nos permitirá mejorar las diversas variedades de trigo. Y todos sin modificar un solo gen, es decir, que no serían, técnicamente, organismo modificados genéticamente (una palabra que todavía causa pavor entre algunas personas). Pero comencemos por el principio en este complicado tema.
¿Qué es la epigenética?
Para poder comprender las implicaciones, primero hay que entender qué es la epigenética. Esta rama de la genética estudia unos factores que no modifican directamente los genes de los seres vivos, sino su expresión. Imaginemos una cadena de ADN. Es como un código muy largo que codifica lo que somos: el color de nuestros ojos, cuánto pelo tenemos, si no sienta mal una comida... Bien. A la información que contiene el ADN lo llamamos genotipo. Sin embargo, la expresión de esa información puede variar. Esto se debe a que existen genes que son más "poderosos" que otros (llamados dominantes) o algunos que solo se expresan bajo ciertas condiciones. A esta expresión se le llama fenotipo.
El genotipo siempre contiene la misma información pero puede expresar características distintas, es decir, varios fenotipos
Así, el genotipo siempre, siempre, siempre contiene la misma información (a no ser que hayan mutaciones o se cambie el genoma, que es el caso de los OGM). Pero con un mismo genotipo se pueden observar características distintas, es decir, varios fenotipos. Así, existen animales que cambian el pelaje durante el invierno, por ejemplo. O incluso con la edad, cambia la manera que tiene de reaccionar nuestro cuerpo. Todo esto es el fenotipo, porque la información genética seguirá siendo siempre la misma hasta que muramos.
Así, como decíamos, la epigenética estudia estos factores que se encargan de producir diferentes expresiones (fenotipos) sin que varíe para nada el genotipo (la información codificada). Entre estos factores existe un mecanismo principal para silenciar o activar la expresión: la metilación. Este proceso consiste en colocar una cola de metilo, es decir, una molécula, que sirve como "capuchón". De esta manera, las enzimas y proteínas encargadas de leer el material codificado para expresarlo no pueden llegar hasta el lugar y el gen se silencia. Esto es, grosso modo, lo que estudia la epigenética.
El primer mapa epigenético del trigo
Ahora bien, ¿por qué es tan importante este primer mapa epigenético del trigo? Muy sencillo. Desde hace ya tiempo comenzamos a comprender que para mejorar genéticamente algo no necesitamos modificar por entero su ADN. Este proceso da como resultado un OGM, las siglas de un organismo modificado genéticamente. Estas modificaciones son costosas, difíciles, laboriosas e irreversibles. Sin embargo, ¿y si podemos conseguir el mismo efecto con solo administrar una sustancia o unas propiedades físicas? Sí, efectivamente, la epigenética muestra que las propiedades que se expresa se deben en gran medida a los factores externos como la temperatura o los nutrientes.
Así, este mapa, esclarecido por los investigadores de la Universidad de Liverpool, permite entender mucho mejor las relaciones que existen entre los agentes externos y la expresión del fenotipo del trigo. Esto permitirá diseñar tratamientos o sustancias que modifiquen la productividad, resistencia o, incluso otras propiedades de esta planta. Pero, es más, también nos permite estudiar mucho mejor cómo funciona la epigenética, ya que es una rama todavía muy nueva y con muchos vacíos. Debemos trabajar mucho más en ella para comprender las implicaciones que tiene, muchas de las cuales desafían lo que sabíamos sobre genética clásica.
Pero ¿serían OGM?
Imaginemos por un momento la aplicación práctica, más allá de cuestiones teóricas. Si una empresa desarrollara un trigo más resistente sin que existiese por ello una modificación en su ADN, ¿estaríamos ante un OGM? No. Porque, como bien hemos dicho, no existe modificación genética alguna, sino fenotípica. La epigenética solo estudia los factores que regulan la expresión y no el contenido a expresar (grosso modo). Por tanto, estos cultivos estaría fuera de la legislación que regula los OGMs. Esto es importante a nivel comercial y legal.
Porque sinceramente, los OGM son organismos, como hemos dicho muchas veces, probados y reconocidos como seguros. Es más, algunos son cotidianos (y mucha gente no lo sabe). Pero independientemente de eso, la cuestión en este caso es más práctica y legal que otra cosa. En cualquier caso, este primer mapa epigenético del trigo permitirá avanzar mucho más en el estudio de esta increíble rama de la biología. Una disciplina que se muestra increíblemente útil e importante. Y que nos descubre secretos de la biología que jamás hubiéramos pensado en encontrar.