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Nunca ha habido tanta incertidumbre y carencia de opciones de coaliciones lógicas. Sin embargo, sólo hay un pacto que parece mínimamente viable. PSOE + Podemos + Unidad Popular, el punto de partida básico, suman 162 escaños. Si se suma Coalición Canaria, que gobierna en su tierra junto al PSOE, 163. Quedan trece, como mínimo.

Un pacto progresista es posible, pero el peso del independentismo hace muy difícil un acuerdo.La siguiente opción progresista es Esquerra Republicana, que sumaría nueve. Vamos por 172. Si se consigue pactar también con el PNV, con quien el PSOE parte con ventaja respecto al PP, se superaría la barrera de los 176 diputados y se obtendría la mayoría absoluta.

El problema: demasiadas claves para pactar en sólo dos meses. Que un gobierno que ya parte con la unión de tres partidos (uno de ellos a su vez con diferentes grupos parlamentarios propios) tenga que acordar con partidos nacionalistas o independentistas es algo que debería llevar más de dos meses.

Y además, seguramente habría que tener en cuenta varias concesiones que difícilmente iban a ponerse en común. Por ejemplo, Podemos está a favor de la celebración de un referéndum en Catalunya, lo cual acerca mucho las posturas con Esquerra, pero el PSOE no está por la labor. Además, si se "concede" ese punto a los catalanes, con el PNV habría que seguir por la misma vereda. Los canarios, sin necesidad de referéndum, también querrían llevarse su parte.

Rivera como llave para Sánchez

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Otra opción, complicada pero algo factible, es que Pedro Sánchez sea escogido presidente en la segunda votación, en la que tiene que ganar por mayoría simple. Sólo funcionaría si se abstiene Ciudadanos. En ese caso, aunque tanto PP como el resto de grupos (28 escaños en total) votasen también en contra, sumarían 151 escaños. El PSOE más Podemos suman 159. Suficiente para Pedro, que a cambio tendría que hacer concesiones a Podemos, lo cual parece bastante factible.

La llave la tiene Ciudadanos, que votaría en contra de un gobierno de Podemos pero, sobre el papel, se abstendría tanto en el caso de PSOE como de PP. Ahora habrá que ver cuánto se aleja la realidad de la teoría.

Si no se da esta opción, y Ciudadanos vota en contra de un gobierno del PSOE en lugar de abstenerse, nos vemos en marzo.