ciencia del humor

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**La risa, al igual que el llanto y otras expresiones faciales, forma parte del repertorio de lenguaje universal. A diferencia de gestos desarrollados junto con la cultura, como ciertos movimientos de la cabeza para expresar "sí" o "no", la risa tiene un significado unívoco para todos los miembros de la especie humana, y no necesitamos aprenderlo.

La risa ocurre inconscientemente: aunque podemos intentar inhibirla de manera consciente (no siempre con éxito), no podemos producirla; por esta razón es extremadamente difícil fingir la risa. Aunque es aún poco lo que sabemos sobre los mecanismos cerebrales precisos que son responsables por este proceso, sí sabemos, por ejemplo, que la risa tiene un importante rol social, ya que los seres humanos raramente ríen cuando están solos, e inclusive lo hacen en menor medida que hablar consigo mismos.

En un estudio publicado en el año 2005, la función primaria de la risa no es expresarnos, sino inducir sentimientos positivos en otras personas, es decir, liberar las tensiones y fomentar un sentido de unidad en el grupo. Sumado a esto, la risa en los humanos es previa al lenguaje, quizás por millones de años. Esto indica que la risa habría tenido funciones evolutivas fundamentales, y que es, entre otras cosas, un mecanismo empático: es más fácil reír cuando otros ríen, y éste es el impulso en el origen de fenómenos como la epidemia de risa de Tanganica, una histeria colectiva que duró meses y afectó a miles de personas, y la razón detrás de las risas enlatadas** de las series de televisión.

La risa y el cerebro

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Foto: elizabeth pfaff

Los investigadores han encontrado que la producción de la risa involucra a varias regiones del cerebro. Estudiando sujetos conectados a un equipo de electroencefalografía, observaron actividad en ambos hemisferios del córtex cerebral, así como en el lóbulo frontal, que maneja las respuestas emocionales sociales, y en el lóbulo occipital, que procesa las señales visuales. Esto hace a la risa fundamentalmente diferente de las respuestas emotivas, que parecen estar confinadas a áreas específicas del cerebro.

¿Por qué nos reímos en los momentos más inapropiados?

De acuerdo con una investigación llevada a cabo por el neurocientífico Robert Provine, de la Universidad de Maryland, menos del 20% de las situaciones en las que reímos suceden como consecuencia o respuesta a una situación que nos parece graciosa. El resto del tiempo, las personas ríen como respuesta a declaraciones inocuas, como "nos vemos luego", y con mucho más frecuencia cuando son la persona que habla. La risa es una forma de comunicación, una manera de establecer nuestra pertenencia a un grupo social.

El que nunca se ha reído cuando alguien se cae al piso que lance la primera piedra

Sin embargo, solemos reír más en situaciones incómodas e inapropiadas, como en un funeral o cuando un amigo ha sufrido una caída aparatosa. La infinidad de realities surgidos de graves accidentes es apenas una muestra de este impulso humano. La risa se correlaciona con un umbral de dolor más elevado, libera endorfinas, y de este modo no sólo nos ayuda a establecer vínculos sociales, sino que nos ayuda a sanar con mayor rapidez.

Episodios de risa nerviosa suceden, igualmente, en **estudios psicológicos en los que los sujetos son puestos bajo un alto nivel de estrés emocional, a causa de un daño percibido a otras personas. Según el neurocientífico V.S. Ramachandran, la risa ha evolucionado hasta convertirse en una señal, tanto a nosotros mismos como a otras, de que todo está bien, y de que cosas que pueden parecer sumamente peligrosas o amenazadoras no lo son en efecto.

Al reírnos en una circunstancia terrible, estamos enviando una señal, tanto para nuestros pares como para nosotros mismos, de que en realidad esta circunstancia no es tan horrible como parece**. La razón, pues, por la que nos reímos luego de que un amigo ha sufrido una caída aparatosa y potencialmente trágica, puede que no sea porque somos personas horribles, sino simplemente porque a pesar de todo está vivo.