Los programas de edición de fotos han provocado que, cada vez más, podamos alterar de forma radical las imágenes que realizamos. Sin embargo, todavía existen algunas técnicas con las que podemos conseguir efectos fotográficos sin necesidad de pasar posteriormente por un software como Photoshop.
Del mismo modo que en la fotografía analógica se utilizaban diferentes métodos de revelado para lograr distintos efectos en el negativo, en la digital también es habitual alterar la imagen para conseguir otros resultados. Pero también hay formas alternativas que no requieren ningún tipo de edición, simplemente realizar diferentes configuraciones a la realizar nuestra toma.
Por tanto, para conseguir estos efectos fotográficos, además de jugar con los valores de apertura, velocidad de obturación e ISO, también tendremos que ser habilidosos, ya que en función de nuestra técnica tendremos un resultado distinto. Precisamente por ello, es inevitable acabar con sensaciones muy positivas cuando conseguimos una imagen que representa exactamente lo que buscábamos.
Barrido
Quizá es uno de los más populares y fáciles de realizar. Es un efecto fotográfico muy utilizado con coches u objetos que suelen desplazarse a gran velocidad, ya que el movimiento del fondo ayuda a transmitir esa sensación de rapidez y dinamismo. Mientras tanto, el sujeto se mantiene nítido en foco, por lo que también es posible apreciar el motivo fotográfico sin ningún problema.
Conseguirlo no debe ser un gran problema, solo debemos emplear una velocidad de obturación baja (entre 1/30 y 1/60) y posteriormente realizar la foto al mismo tiempo que con la cámara seguimos el movimiento del objeto en el que estamos interesados. Tampoco debemos establecer una velocidad demasiado lenta, ya que de ser así tendríamos una imagen totalmente borrosa.
Zooming
Si sois aficionados a la música electrónica, recordareis este efecto en la portada del disco de Prodigy “The fat of the land”. Del mismo modo que ocurre con el anterior efecto fotográfico, para conseguirlo tenemos que utilizar una velocidad de obturación baja que también permita captar el movimiento. En esta ocasión, en lugar de seguir el movimiento con el cuerpo, tendremos que variar al zoom del objetivo mientras la foto está siendo realizada. Eso sí, hay que tener cuidado para no realizar agitar demasiado la cámara mientras se está realizando la imagen.
Larga exposición
También es un efecto fotográfico conocido, pero no por ello deja de ser impresionante. Además de captar largas estelas de luz, también podemos decantarnos por experimentar con el light painting, una técnica que requiere de bastante habilidad y con la que literalmente podemos pintar con luz en nuestra fotografía. Obviamente, en las largas exposiciones tendremos que compensar ese exceso de luz cerrando diafragma, de lo contrario tendríamos una instantánea sobreexpuesta.
Efecto seda
Es un efecto derivado del anterior, ya que en definitiva se trata de una larga exposición. No obstante, el efecto seda se consigue cuando realizamos una fotografía prolongada de una corriente de agua. Suele emplearse en la naturaleza, ya que es un recurso muy útil para captar aquella armonía y dinamismo que sentimos cuando, por ejemplo, vemos una cascada. Así, el agua se transforma en una especie de estela que cubre aquellos rincones por donde pasaba el riachuelo.
Bokeh
El bokeh es un efecto muy buscado por una gran mayoría de fotógrafos, ya que suele otorgar unos resultados muy cálidos y románticos. Por esa misma razón, es algo muy utilizado para representar imágenes navideñas o aquellas en donde queremos transmitir cierta nostalgia.
Para conseguirlo, lo principal es tener un objetivo con una gran apertura o distancia focal, ya que así reduciremos la distancia de campo que provoca dicho efecto. Asimismo, aunque resulte obvio, debemos situar al objeto delante de pequeños focos lumínicos, ya que serán estos los que produzcan el bokeh. Como objetivos recomendados para ello encontramos el típico (pero también venerado) 50mm.
Flash a la segunda cortinilla
En este caso es un efecto utilizando el flash de la cámara. Consiste en lanzar un destello mientras se realiza la foto y la cortinilla de obturación permanece un tiempo abierta después de esto, lo cual provoca que se capten algunas estelas y se registre el movimiento del objeto. Así, se convierte en un útil recurso cuando no existe la luz suficiente pero aun así deseamos obtener un sujeto congelado en una exposición prolongada.