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Todo lo que nos rodea son elementos que ayudan a forjar la cultura, esto que somos como sociedad y lo que se produce en torno a ello (películas, literatura, música, videojuegos, entre otros) son un fiel reflejo de la época en la que vivieron quienes lo crearon; no en vano pueden utilizarse como fuentes para estudios históricos. Cada género, cada corriente artística y cada tendencia de la cultura pop tiene un sentido, viene a llenar una necesidad. Desde esta perspectiva, podríamos afirmar que la La ciencia ficción ha cumplido un rol importante y necesario en el devenir científico de la humanidad.

Existen varia definiciones para la ciencia ficción, pues posee gran cantidad de temas y subgéneros. Por ejemplo, Hugo Gernsback (el mismo que da nombre a los premios de ciencia ficción) afirma que es un romance encantador entrelazado con hechos científicos y visión profética; mientras que Robert Heinlein, autor de Starship Troopers, considera que es “una especulación realista acerca de posibles eventos futuros, basados sólidamente en el conocimiento adecuado del mundo real, pasado y presente, y un conocimiento de la naturaleza y el significado del método científico”. Rod Serling, el escritor de La Dimensión Desconocida, se refiere a la ciencia ficción haciendo un paralelo con la fantasía: “La fantasía es lo imposible hecho probable. La ciencia ficción es lo improbable hecho posible”. Isaac Asimov la define como “esa rama de la literatura que pacta con la respuesta de los seres humanos para cambiar la ciencia y la tecnología”.

En resumidas cuentas, podríamos afirmar que la ciencia ficción es un género de la literatura y, por tanto, puede ser considerada arte. El arte no necesita ninguna justificación, existe para deleitarnos, como un medio de expresión para el autor y de proyección para quienes lo leen, pero más allá de su valor artístico, es imposible negar la razón por la cual es importante la ciencia ficción para la conformación de la modernidad.

Fotografía:  diversepixel - Shutterstock
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El impacto de la ciencia ficción en la sociedad moderna

Hay quienes se han referido a la ciencia ficción como “el rol del diseñador en esteroides” por su naturaleza avanzada. Quienes han escrito ciencia ficción han logrado en cierta medida anticiparse al futuro, crear nuevas visiones de lo que podría ser que nadie ha notado. Ejemplo de esto es la novela publicada en 1914 por H. G. Wells The World Set Free, en donde describe una bomba basada en reacciones nucleares en cadena y la describe como una bomba atómica. Es importante destacar que la energía nuclear se descubre en 1933 y la primera bomba nuclear estalla en 1956.

En 1964, Isaac Asimov escribió este ensayo donde hablaba de lo que, desde su perspectiva, sería el año 2014. Alli afirma que las comunicaciones serán audiovisuales, pues podrás ver y escuchar a las personas en tu teléfono; cuya pantalla no servirá sólo para comunicarte sino para leer y ver fotografías. Además, será posible llamar a cualquier punto en la tierra, habrían robots aunque éstos no serían comunes ni muy sofisticados, se pondría atención en el diseño de automóviles con cerebros robóticos que no necesiten ser operados por seres humanos, además de máquinas que harían el café de forma automática y que podrían ser programadas. La lista sigue y no todo lo que escribió llegó a cumplirse, pero ¡hey! ¡podemos hacer video llamadas y leer en el teléfono!. Otros escritores de ciencia ficción han logrado, en mayor o menor medida, adelantarse al futuro, ¿acaso esto los convierte en adivinos?

Prácticamente cada línea, cada párrafo de la ciencia ficción se convierte en un desafío para nuestra condición humana.

No trato de decir que los escritores de ciencia ficción son una suerte de Nostradamus capaces de predecir el futuro, sino que una de las maravillas de este género es que desafía los límites de lo posible. Los escritores de ciencia ficción no predijeron lo que sería este mundo que vivimos, sino que ayudaron a idearlo. Prácticamente cada línea, cada párrafo de la ciencia ficción se convierte en un desafío para nuestra condición humana, y no es un desafío planteado desde lo desconocido, desde lo que no podemos entender. Las herramientas con las que cuenta cada universo particular dentro de las historias de ciencia ficción no provienen de la magia o de la superstición, como ocurre en los libros de fantasía, sino de una serie de reglas enmarcadas dentro del método científico. Dentro del sci-fi se plantean conceptos, tecnologías, modelos que podrían ser posibles en las condiciones adecuadas. Y esto, sin lugar a dudas, ha influido enormemente en las personas que luego se dedicarían a la construcción de las ciencias.

¿Para qué sirve la ciencia ficción?

Dennis Cheatham cita un estudio hecho en el año 2010 hecho por la Sociedad de Investigación Científica en el que le preguntan a varios de sus miembros si la ciencia ficción les había influenciado en algún modo. Los resultados de esta investigación son fascinantes. Los científicos respondieron afirmativamente, pues este género les había inspirado con un sentido de maravilla, promovido una actitud de imaginación y creatividad, además de hacerles conscientes de otras disciplinas científicas y despertar un interés en la ciencia que habría influido en la decisión de dedicarse al quehacer científico. Un ejemplo de ello lo encontramos en Mae Jemison, la primera mujer de color en ir al espacio en el año 1992, quien citó a la Teniente Uhura de Star Trek como una inspiración para convertirse en astronauta.
“La fantasía es lo imposible hecho probable. La ciencia ficción es lo improbable hecho posible”

Este género promueve el aprendizaje, despierta la imaginación y nos permite entender (y desafiar) la ciencia. Asimismo, contribuye a considerar que hay mundos que son posibles dentro de la lógica, ubica a la humanidad en un lugar y posición dentro del universo infinito, además de enfrentarnos a cuestiones que son de naturaleza filosófica acerca de la realidad y la mente. No sólo cuestiona los límites de la ciencia, sino que muestra la débil construcción de nuestras creencias morales y éticas, además de la necesidad de hacerlas flexibles, dinámicas y capaces de ajustarse a nuestra realidad actual y futura. Cuando Asimov nos plantea las tres leyes de la robótica no sólo está dando un contexto lógico al mundo que ha creado, sino que nos enfrenta a la noción de la posibilidad de la inteligencia artificial y las implicaciones éticas de este fenómeno, brindándonos una posible solución. Asimov nos ahorró enfrentarnos al temor de la rebelión de la máquinas.

Fotografía: Ase - Shutterstock
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La ciencia ficción es un espejo para lo que podemos llegar a ser y lo que tememos.

Las distopias como 1984, Farenheit 451 y Un Mundo Feliz nos muestran lo que podría convertirse nuestra sociedad si persistimos en cultivar determinados valores. La ciencia ficción es un espejo para lo que podemos llegar a ser y lo que tememos. Desde esta perspectiva, la ciencia ficción promueve el entendimiento de los procesos históricos y sociológicos, pues nos permite examinar nuestra cultura contrastándola con otras. Dependiendo del país en el que vivas y de tu realidad personal, podrías llegar a pensar que muchas de las características sociales planteadas en las distopias antes mencionadas se están cumpliendo una por una, como un recordatorio de que tal vez aún hay tiempo para cambiar nuestro futuro.

Pero no sólo resalta lo que no queremos que sea, sino que nos permite soñar con un mundo diferente. Un ejemplo de ello es Star Trek nos muestra un futuro posible, en el que no existen distinciones marcadas por fronteras imaginarias o color de piel, sino en el que todos pertenecemos a la misma raza humana y nos distinguimos por nuestro carácter y habilidades. Un mundo en el que hemos puesto de lado las diferencias para luchar juntos por un bien común.

Es necesario que todas las personas sigamos creando y consumiendo ciencia ficción, ya sea en libros, películas, series o videojuegos, pues es a través de este género que una generación puede inspirarse para seguir en constante cambio y crecimiento; sigue siendo el papel de este género el enseñar a la humanidad que no hay límites que deban dejarse intactos, que es posible seguir evolucionando. Necesitamos más personas que crean que es posible conquistar las estrellas, construir carros voladores, y pensar en esto que somos como sociedad y lo que podemos hacer para cambiarla. Asimismo, nos planteamos soluciones para problemas futuros, relacionados con el creciente y constante cambio tecnológico. La ciencia ficción nos enseña a convivir con nosotros mismos en un futuro ya no tan distante. En las sabias palabras de Isaac Asimov:

Es el cambio, el constante e inevitable cambio, el factor dominante en la sociedad. Ya no hay una decisión sensible que pueda tomarse sin tener en cuenta no sólo el mundo como es, sino como será... los escritores de ciencia ficción ven lo inevitable, y aunque los problemas y catástrofes puedan ser inevitables, las soluciones no lo son. Las historias de ciencia ficción individuales pueden parecer triviales ante los ojos de los críticos y filósofos de hoy en día, pero el corazón de la ciencia ficción, su esencia, se ha vuelto crucial para nuestra salvación si es que podemos salvarnos.