Mr. Robot es una nueva serie de televisión de la cadena de cable USA, esa donde pasaban cosas como White Collar, y donde transmiten Suits (la serie con el mejor soundtrack del mundo mundial). Mr. Robot es una serie perfecta para nerds y amantes de la tecnología. No es una ridiculización de los _hackers_ como la película del mismo nombre donde sale Angelina Jolie (aunque debo confesar que disfruto mucho la boba película cada vez que la veo), ni tampoco es la versión de La Red de Sandra Bullock en el 2015 (aunque debo confesar que disfruto mucho la boba película cada vez que la veo). Mr. Robot está a años luz del ridículo que hacen en C.S.I. Cyber con su "unidad de crimines informáticos" y está más cerca del homenaje a la computación e informática de Halt and Catch Fire. Es una serie formidable que solo tiene un capítulo, y si solo tuviese un capítulo habría sido perfecta.
El piloto fue estrenado hace más o menos un mes en la web, como estrategia para probar la audiencia. Internet habló, y la serie fue tan bien recibida que ha sido renovada para una segunda temporada, antes de que se estrenara el primer episodio en la TV la semana pasada.
Elliot Anderson
Mr. Robot parece ser una de esas series donde el protagonista va a llevar la gigantesca mayoría del peso de la trama y del encanto de la historia. Elliot Anderson es un programador bastante excepcional que sufre de ansiedad social y utiliza sus habilidades como hacker para establecer conexiones con otras personas. A Elliot le cuesta -en sus propias palabras- hablar con la gente. Lo que no le cuesta ni un poco es adivinar sus contraseñas utilizando ingeniería social y luego _hackear_ sus cuentas en línea y crear un perfil completo de cada persona basada en toda la información de sus correos, cuentas bancarias, compras en Internet, redes sociales, historial de navegación, etc. Así como hace el algoritmo de Google.
Elliot trabaja para una empresa de seguridad digital cuyo mayor cliente es un conglomerado corporativo gigantesco y malvado, de esos que son dueños de una enorme parte de la esclavitud de deuda a la que están sometidos tantos en el mundo moderno. A pesar de esto, siente un gran desprecio por este tipo de entidades, y percibe a la sociedad como una gran manada de ovejas atrapadas en un mismo circulo vicioso de pretensiones, supuesta normalidad, y la idea de felicidad que va de la mano con obtener cosas materiales.
Elliot probablemente daría su brazo derecho por ser "normal" y no sentirse inmensamente solo al borde de la desesperación. Pero, si lo fuese, no tendríamos serie.
Nostalgia sintética
El piloto dura poco más de una hora, es una serie con un ritmo bastante lento pero inmersivo. Elliot es un sujeto que lucha constantemente para no desquiciarse, que apenas duerme y necesita mantenerse ocupado y distraído con algo. Sufre de cierto nivel de paranoia, a menos que no sea paranoia si realmente te están persiguiendo. Como espectador te vas a ver atrapado en esa sensación de no estar seguro qué es real y qué no lo es. Si Elliot no está seguro de lo que está sucediendo, tú tampoco lo vas a estar.
Me encanta la forma en la que está dirigida, parece una película ochentera de suspenso retrofuturista, y a veces me recuerda un poco a Tron. No sé exactamente por qué, pero lo primero que me vino a la mente fue: nostalgia sintética.
El actor principal hace un trabajo grandioso y es completamente creíble. El resto de los personajes parecen estar puestos como ruido de fondo, o tal vez es como los percibe Elliot, y el show hace un gran esfuerzo para que sientas el mundo como lo percibiría él.
Ha sido un excelente primer capítulo, y hay hasta un pequeño guiño para las discusiones eternas entre linuxeros y sus entornos de escritorio.
Si el siguiente episodio, y el siguiente, y el siguiente, sobreviven a la expectativa del primero, estamos frente a una grandiosa serie que ya tiene dos temporadas aseguradas. Y no lo digo solo yo, 17 mil usuarios le han dado un 9.4 en IMDb.