A nadie le importa tu vida y el universo es tan grande que la cotidianidad de tu día mucho más irrelevante de lo que te imaginas. Se que escribir esto es un pecado capital en épocas donde las redes sociales parecen serlo todo, pero es la realidad.
Para mi esta máxima debería ser una consideración básica a la hora de evaluar la viabilidad de herramientas que permiten a cualquiera mostrarle al mundo, sin filtros, de manera pública, como un amplificador en medio de la calle, lo que están haciendo. La respuesta es en la inmensa mayoría de las veces: a nadie le importa.
Y a nadie le importa, de verdad. Todo esto viene a raíz de la salida de Meerkat. La idea detrás de esta app es permitir a cualquier persona hacer stream de video en directo, en cualquier, momento, en cualquier lugar, de lo que sea que está viendo o haciendo, de manera pública e instantánea. Durante un par de semanas hemos tenido que aguantar a prácticamente todos los medios especializados y supuestos expertos analistas de tendencias, contarnos como “revolucionaría la manera en que consumimos video en vivo y en directo”, como el poder de los smartphones conectados siempre a internet en manos de millones de personas haría que la adopción del video (y sobre todo el video en directo) explote. Tendríamos supuestamente a sociedades enteras mostrando lo que hacen y lo que viven en su día a día.
Pero en realidad **Meerkat nunca fue un éxito, nunca tuvo millones de instalaciones, nunca fue aquello que algunos periodistas tecnológicos nos prometieron que era.
Ahora estamos exactamente en la misma encrucijada, pero con un nueva app: Periscope**. La diferencia es que esta viene de la mano de Twitter quien compró la startup a inicios de 2015. La premisa es exactamente la misma que Meerkat: la posibilidad de hacer video en directo en cualquier momento, en cualquier lugar desde tu smartphone.
Nuevamente hemos tenido que escuchar a un sinnumero de “expertos” contándonos como ahora sí, el futuro del broadcasting ha llegado. Ahora sí millones de personas transmitirán en directo desde sus dispositivos móviles lo que sucede en su vida cotidiana. Ahora sí tendremos una ventana al mundo, en riguroso directo, sin filtros. Durante tres o cuatro días siguientes después a su lanzamiento nos hemos visto inundados de miles de streams desde todas partes del mundo. Durante los tres o cuatro días después a su lanzamiento ha sido suficiente para entender que:
1. Transmitir video en directo es más laborioso de lo que parece.
2. Transmitir video en directo que resulte interesante es muchísimo más complicado de lo que parece.
3. La cotidianidad bastante más irrelevante de lo que creemos.
4. Transmitir video en directo suele ser más divertido para el que transmite que para el que mira.
Y aquí estamos, una semana después, prácticamente en el mismo punto en que estaba Meerkat el día anterior al lanzamiento de Periscope. Una vez que la atención y el hype se disipa nos damos cuenta de una cruda realidad: Periscope no cambiará la vida a nadie, Periscope no cambiará el mundo de la difusión del video. No hará a todas las personas emisores de información en video en directo. No es una revolución, no es una evolución. No es la siguiente gran tendencia.
¿Saben quién está ganando la guerra de videos cortos informales y cotidiano? Snapchat. ¿Por qué? Solo lo ven tus amigos, pueden durar uno o cuarenta segundos, no tienes que ser largos como un stream en directo, desaparecen después de un tiempo y pueden ser tan públicos o privados como prefieras. Además, Snapchat es la app social con el mayor ritmo de adopción de la actualidad, extremadamente popular entre jóvenes, sobre todo en países anglosajones.
Periscope, aún con el apoyo y empuje de Twitter, no ha logrado posicionarse más allá del puesto 31 en el App Store de Estados Unidos, y el único país donde llegó al número 2 fue en Emiratos Árabes Unidos, el pasado 29 de marzo. Pocos días después de su lanzamiento mantiene tendencia a la baja en ranking y número de descargas. El número de streams que se hacen público en Twitter está prácticamente en el mismo número que Meerkat, que al día de hoy se considera un fracaso. Periscope parece estar condenado a ser el equivalente de **Paper** de Facebook.
Dicen que en internet a nadie le importa que seas un perro. Tal vez hay que aceptar que al mundo poco le importa descubrir en Periscope que no lo eres.