comunicación digital

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Todos aquellos que aspiramos a hacernos un humilde hueco en el mundo de la comunicación sabemos que, hoy, ese hueco debemos encontrarlo en internet. Resulta deprimente comprobar que hay noticias en los telediarios que uno ya conocía días e incluso semanas antes gracias a la red, que hay programas de debate televisivos que se ocupan asuntos de que ya se han analizado la mar de bien o mal en publicaciones digitales o incluso en las redes sociales de referencia.

Siendo así, uno aspira a estar donde hay que estar, alzando la mano entre los medios de comunicación digital punteros, pero no de cualquier manera: hay que servirse de una serie de herramientas que nos ayuden a optimizar la difusión de nuestro trabajo. Pues bien, hoy os ofrezco algunas recomendaciones gratuitas.

Montar el campamento base

Por supuesto, debemos contar con una página web desde la que difundir nuestras aportaciones a la jungla comunicativa. Discúlpenme aquellos que piensen en vídeos y podcast; mi campo es la escritura, y es en lo que me centraré. Únicamente les sugiero que utilicen **YouTube para colgar vídeos por su reinado indiscutible e iVoox para subir podcast por su funcionalidad.

  • Wordpress: no cabe duda de que el formato blog es lo más cómodo para publicar textos habitualmente, y resulta difícil discutir que esta plataforma sea la mejor y más vistosa para ello, tanto por su imagen profesional como por la infinidad de opciones visuales y de distribución de elementos con que cuenta y la comunidad de desarrolladores de themes y plugins que tiene detrás. Olvidaos de otras como Blogger; cada vez que me tropiezo con alguien que aún usa esta última plataforma, sobre todo cuando existe la opción de migrar su contenido a Wordpress, siento lo mismo que al ver fogones en vez de vitrocerámicas, un desfase temporal, porque los blogs de Blogger hasta suelen tener pinta de viejunos.

  • No olvidéis que el diseño de vuestra página ha de ser responsive, es decir, debe estar adaptado para que los lectores accedan a ella desde cualquier tipo de dispositivo. E instalad los plugins correspondientes de SEO para posicionaros bien en Google y otros buscadores, de antispam y antimalware para que la página no se os llene de basura, de borrado de caché para que se cargue más rápido en los navegadores, de newsletter para fidelizar a vuestra audiencia y estadísticas de visitas para conocer cómo son vuestros lectores y actuar en consecuencia.

  • Herramientas para equipos de publicación: si vuestro proyecto no es unipersonal sino que sois un grupo de redactores, no conozco aplicaciones más convenientes para organizar el trabajo que Slack, con la que podéis ordenar vuestras comunicaciones en chats independientes por temas y adjuntar archivos, y Trello**, un organizador de las tareas de publicación por temas y etapas, con la que podéis saber qué se va a publicar y en qué estado de elaboración se encuentra cada texto, e incluso comentar durante el proceso su contenido.

Difundir la palabra

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  • Redes sociales: antes bastaba contar con una página web “para estar en internet”, pero ahora, con los millones que hay esperando a ser visitadas, no hemos de ver un capricho en difundir nuestro contenido en las redes sociales. Como mínimo, debemos contar con una cuenta en **Twitter, termómetro de la opinión pública con facilidad para conseguir seguidores y una gran capacidad de viralización, y en Facebook, donde se encuentran casi todos los usuarios de redes sociales y cuenta con una alta tasa de interacción. Instagram también puede ser tenida en cuenta, pero recordad que se basa exclusivamente en compartir imágenes y vídeos, y lo nuestro son textos que, bueno, se pueden enlazar.

  • En cualquier caso, no está de más integrarse en otras redes sociales**, como Google Plus, Pinterest y, puf, Tuenti, porque generan más audiencia. Pero es importante considerar si merece la pena el tiempo y esfuerzo que empleemos en ellas o preferimos aplicarnos en las más útiles.

  • **Hootsuite: dado que debemos optimizar el tiempo de trabajo, la difusión ha de realizarse durante buena parte del día, teniendo presente incluso los diferentes husos horarios, y sería de locos tirarse tuiteando directamente toda la jornada, este conocido instrumento nos permite programar nuestras publicaciones en las redes sociales. Antes era posible gestionar hasta cinco cuentas en la versión gratuita; ahora, tres solo. Pero nadie os impide hacer varios registros en Hootsuite de tres en tres.

  • Twitter Analytics: nos proporciona todos los datos acerca de la actividad de nuestra cuenta, incluyendo las interacciones** con otros usuarios: el aumento o descenso de nuestro número de seguidores, las veces que han visto nuestros tuits y que han visitado nuestro perfil, el número menciones, retuits y favoritos. Conociendo todo esto, nos podemos hacer una buena idea de la eficacia de nuestra labor en Twitter y reaccionar debidamente.

Conocer y seleccionar a la parroquia (de Twitter)

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Facebook es una red social más encorsetada que Twitter, menos libre. En ella, lograr una audiencia considerable resulta mucho más costoso por sus propias limitaciones, a no ser que paguéis para que os publiciten. Y no hablamos de que vuestro contenido deba ser de calidad, lo cual doy por asumido, y así vuestros lectores os amen por ello y aumenten con el boca a oído, las recomendaciones y los clics, sino de llegar de una manera activa y directa a los usuarios que nos interesan. Por tanto, no os extrañará que las siguientes utilidades que os sugiero para manejar a vuestros seguidores sean sólo de Twitter. Con ellas, además de a vuestra página, debéis empujar también a los lectores a la de Facebook.

  • **Followerwonk: con esta herramienta podréis analizar cómo son vuestros seguidores de Twitter y adaptar vuestros tuits en función de ello: según sus lugares de residencia, sus edades, su idioma, sus intereses y, sobre todo, su nivel de actividad y de influencia y a qué horas utilizan la red social.

  • Tweepi: lo verdaderamente interesante de este artilugio es que nos facilita una barbaridad la gestión de los usuarios de Twitter. Ofrece listas de nuestros seguidores y aquellos usuarios a los que seguimos con diversos datos, entre ellos, su localización e idioma, el número de seguidores, la fecha y hora de su último tuit y de su último acceso, su porcentaje de seguimiento a quienes le siguen y su valor como usuarios. Pero no sólo de nuestra cuenta, sino de cualquiera, lo cual resulta muy útil para encontrar a tuiteros que sean nuestro público objetivo y, además, estén lo suficientemente activos.

  • Manage Flitter: dispone de varias opciones pero, si ya usamos Tweepi, la única que considero irrenunciable es la posibilidad de saber en un vistazo cuáles de nuestros seguidores llevan inactivos más de un mes y, en tal caso, dejar de seguirles, con un límite de 100 en la versión gratuita.

Es posible que os abrume tener que utilizar todas estas herramientas, pero no debéis olvidar cuál es vuestro objetivo de uso: comunicar más y mejor. Y os aseguro que, pese a que al principio uno renquea al ir utilizándolas, con el tiempo les iréis pillando el truco, aumentaréis el ritmo y ya no habrá quien os pare**.

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