Si has visitado recientemente las tiendas y grandes superficies en busca de una nueva TV para tu salón, habrás percibido que una gran parte de ellas son curvas.
Da igual que la TV sea un panel LCD LED o uno OLED, también da igual si es un televisor Full HD o uno Ultra HD, los televisores curvos están en boca de todos. Comenzó a finales de 2013 cuando los fabricantes surcoreanos presentaron al mundo sus enormes y curvados televisores OLED. Un panel de ese tipo es mucho más delgado y flexible que un panel LCD, así que curvarlo era una tarea bastante sencilla de realizar y ofrecería algo nuevo a los consumidores. Un primer contacto con el televisor que le dijera: soy nuevo, soy tecnología punta. Sin encender siquiera, el televisor te da a entender que no es uno más. El consumidor percibe su valor.
En 2014 y 2015, la industria, liderada por Samsung, comenzó a plagar los medios, ferias y grandes superficies con nuevas y flamantes pantallas curvas de gran tamaño. Hoy en día es difícil encontrar fabricantes de gama alta que no ofrezcan al menos una familia o modelo de pantalla curva. Samsung, siendo el mayor fabricante del mundo de televisores, ha sido capaz de influenciar al mercado y resto de fabricantes con esta nueva tendencia. Pero ¿hay algún beneficio real o es una maniobra de marketing cuyo única baza es la estética y sensación de tener un producto aspiracional en tu salón?
Esto, según sus representantes, es debido a las características morfológicas de los objetos cuando son vistos por el ojo humano, es decir, cómo vemos las cosas a través de una pantalla. Al curvar el panel, la distancia entre nuestros ojos y el televisor es constante en cada punto de la pantalla si nos situamos en el centro. De este punto sale otra de las ventajas que indica el fabricante: se crea un campo de visión mayor al hacer creer a nuestro cerebro que la pantalla es mayor. Por supuesto, estas supuestas ventajas, solo aplican si es una única persona viendo el televisor, ya que si la vemos desde un punto alejado del centro las ventajas se tornan es desventajas.
Además, siempre se hace referencia a las pantallas curvas de los cines. Aunque, creo que el argumento es algo desafortunado:
Muchos cines emplean pantallas curvadas para corregir la distorsión creada por una imagen proyectada en una superficie muy grande en los formatos super anchos como el 23:9 del Cinemascope. Cuando proyectas una imagen en una superficie plana desde un único punto fijo la luz ha de viajar más distancia antes de alcanzar la superficie en uno de los laterales que en el centro. Es el famoso efecto pincushion. Gracias a la pantalla curva el espectador creerá ver una imagen plana debido a cómo se contrarresta el fenómeno. De nuevo, la ventaja está si adquieres una buena localización al ver la pantalla. En un televisor que emite su propia luz, esta ventaja es discutible.
Otra de las ventajas habitualmente alegadas por los fabricantes es la mayor experiencia de inmersión al disfrutar de una película, sobre todo en pantallas de grandes dimensiones y al estar sentados relativamente cerca. Aumenta nuestro campo de visión y todas las partes de la pantalla están a una distancia equidistante de nuestros ojos, emulando cómo percibimos los objetos con nuestros ojos.
He probado ya muchas teles curvas, en las de gran tamaño y resolución 4K te puedes sentar realmente cerca sin percibir pixeles ni fatiga alguna. Es aquí donde mi escepticismo sobre las ventajas de paneles curvos se comenzaron a disipar. Me sentía dentro de las imágenes, abarcaban casi la totalidad de mi campo visual y la sensación era muy buena. Hablo de una forma subjetiva, fue mi experiencia, me gustó.
Hay que aclarar que esa experiencia la tuve viendo demos de contenido 4K en pantallas de más de 70". Es decir, me sentía viviendo una experiencia del futuro, difícilmente replicable en el salón de mi casa. Para mí sí que cobró sentido la pantalla curva en ese momento, me ofreció una mayor sensación de disfrute.
En televisores de 55" vistos a 2 metros de distancia o más luce exactamente igual que una pantalla plana, pero más cara. Una pantalla curva sólo tiene sentido si es grande y puedes sentarte cerca de ella a ver contenido Full HD o 4K.
Otra de las supuestas ventajas es que la curvatura disminuye los reflejos en el panel. Por lo que he podido ver, nunca en entorno controlado, reflejan más que una pantalla plana. Es decir, la luz reflectada no es como en una pantalla plana, se reduce en intensidad pero se extiende a mayor superficie. Aún así, no deberías ver una película con una luz fuerte incidiendo en tu televisor, creo que es algo obvio. Este punto dependerá del televisor, pero no creo que deba ser un argumento ni a favor ni en contra.
En pantallas pequeñas como los móviles la curvatura no tiene ninguna ventaja real a la hora de disfrutar de contenido multimedia. Aunque añaden un valor de diferenciación y estético. A gusto del consumidor, pero es imposible que en una pantalla de 5" podamos tener una experiencia cinemática.
Recapitulando
Ventajas:
* Cuando estamos sentados en el sweet spot la sensación de inmersión es realmente buena.
Permite sentarse muy cerca del televisor y disfrutar de toda la imagen a una distancia equidistante, mayor campo de visión.
Puede que la curvatura refleje menos la luz ambiental (no puedo ni afirmar ni desmentir).
* Lucen fantásticas, son un objeto aspiracional. Se percibe su valor sin encenderla.
Desventajas:
Necesitas una pantalla grande y de alta resolución, para sentarte cerca, para apreciar sus ventajas.
Tienes que sentarte mirando al centro de la pantalla, sino el efecto llega a ser contraproducente.
Sólo tienen sentido si vas a ver la tele tú solo o, como mucho, con alguien más.
El procesado que usan los fabricantes y la curvatura de los extremos puede "traicionar" la fidelidad de la imagen.