Hace 2 años, desde el mismo lugar desde el que escribo, Nokia presentó a los medios el Lumia 520. La historia de la compañía con las gamas bajas (3310) es muy longeva, y en cierto modo es lo que siempre le ha edificado, por nunca se puede decir que le haya salvado de la quema. Y eso fue lo que produjo el Lumia 520, una salvación a una compañía histórica que se hundía. A medio-largo plazo no sólo fue eso, sino el terminal que le permitió renacer. Sus claves fueron su precio, y sobre todo, el rendir prácticamente igual que la gama alta. Cambió Windows Phone y, sobre todo, Android, porque fue el el germen de terminales como el Moto G o el Moto E. Hemos probado el Lumia 435, su sucesor de facto.
El Lumia 520 llegó al mercado por 139€, una cifra que por aquel entonces estaba asociada a mediocridad, y nadie podía pensar que a partir de ese momento podría adquirirse algo decente a ese precio. Ha pasado mucho tiempo y con él ha crecido su competencia, por lo que Microsoft ya no se puede permitir esos precios. El Lumia 435 es un terminal que no cambia demasiado respecto a su "abuelo", dado que nos encontramos con un terminal de 4" con resolución 480 x 800 pixeles, lo que redunda en 233 píxeles por pulgada. En ese sentido, la pantalla me parece similar, con un cristal demasiado grande y con una capa antirreflejos que lava un poco la imagen.
La ergonomía sigue siendo similar, y el plástico que recubre el cuerpo un poco tosco en el modelo negro. El naranja, por ejemplo, sí gana suavidad. Por lo demás, me sorprenden detalles como que Microsoft haya implementado doble tap para encender, que hasta hace poco sólo era propio de los gama alta.
Por lo demás, nos encontramos con un teléfono que en muchos casos es inferior. Por ejemplo, la cámara del 520 tiene un sensor de 5MP, mientras que la del 435 tiene tan sólo 2MP. Continúa sin flash, pero no le podemos pedir mucho más. Sin embargo, sí que adquiere algo que le hace un terminal con más futuro, y es el llegar a 1GB de RAM, lo cual le permitirá correr todos los juegos disponibles y obtener una multitarea menos agresiva. El Lumia 435 se lanza por 69€ antes de impuestos, pero viendo cómo se está apretando el mercado, no dudo de que en poco tiempo ese será su precio en tiendas.
La revolución ya no viene en ofrecer una experiencia decente, pues se consiguió en 2013 y se popularizó en 2014. La revolución viene en ofrecer eso por menos de 80 euros. Hablamos de llevar la última tecnología a lugares insospechados. Veo al smartphone en 2015 al nivel de lo que Warhol pensaba sobre la Coca Cola: todos pueden tenerlo. Y el Lumia 435 es el máximo exponente de ello. Eso sí, necesita un sistema más dinámico.