La babosa marina Elysia chlorotica lleva mucho tiempo sorprendiéndonos. Ya sabíamos de su manía de "robar" los cloroplastos a un alga de la que se alimenta para hacer la fotosíntesis. Pero aún hay más.
Y es que un reciente estudio ha demostrado que esta babosa marina no solo usa los cloroplastos sino que puede usar los genes del alga para mantener estos cloroplastos en funcionamiento durante más de nueve meses, mucho más de lo que la propia alga los conserva. Estaríamos ante un animal capaz de "comer genes", como si de una película de ciencia ficción o un videojuego se tratase, para usarlos en su beneficio y así hacer la fotosíntesis como las plantas. Dos comportamientos ya de por sí increíbles.
De babosa marina a "alga" animal
Este estudio muestra el primer y único ejemplo conocido de transferencia de genes funcionales entre dos especies pluricelulares. Y para más curiosidad, de reinos completamente distintos. Aunque la transferencia de genes, es decir, el material genético que lo controla todo, es muy conocido en organismos unicelulares, nunca se había observado de esta manera en un animal. Básicamente, la babosa se come al alga, digiriéndola parcialmente, y toma el material genético para insertarlo en el suyo propio. Este mecanismo, completamente desconocido hasta la fecha, permite a esta babosa marina producir todo lo necesario para el mantenimiento de los cloroplastos que le dan de comer.
La capacidad de hacer fotosíntesis de Elysia no es nueva. Se conoce desde los 70 y se conoce bastante bien el mecanismo por el cual la babosa marina absorbe los orgánulos del alga que le permiten hacer fotosíntesis y los aloja cerca de su tubo digestivo. Como recordaréis, los cloroplastos son unos orgánulos celulares que solo existen en las plantas y que se emplean en su alimentación a partir de dióxido de carbono, agua y luz. Usándolos en su beneficio, la babosa pasa alimentarse como lo hacen las plantas. Es lo más parecido a un "híbrido" entre animal planta que hayamos visto, si dejamos de lado a los hongos (que tienen su propio reino). Y ahora, con la transferencia genética, aún más.
Esperanzas para la terapia génica
Pero más allá de poder ver una especie que más parece de película que del mundo real, esta babosa marina, Elysia podría albergar respuestas a uno de los tratamientos más esperanzadores del momento: la terapia génica. Este animal consigue de forma natural lo que nosotros tratamos de hacer desde hace años y con toda nuestra tecnología. Y encima lo hace a partir de otra especie, lo que resulta sencillamente increíble. Nosotros todavía no dominamos la transferencia de nuestros propios genes. Pero el mecanismo que utiliza esta babosa marina nos permitirá entender, mucho mejor, cómo funciona.
Así podremos diseñar nuevos estudios y métodos de aplicación en terapia génica, una técnica que ha tenido sus más y sus menos en los últimos años pero que podría salvar muchas vidas. Y podría hacerlo de manera inocua y sin apenas tratamiento. De hecho, en algunos casos es la única forma viable de resolver la causa de la enfermedad. Esta babosa marina podría ser perfectamente la protagonista de un "Bioshock". Pero infinitamente más importante, podría ser la llave que necesitamos para desvelar los misterios que necesitamos conocer en el mundo de las terapias génicas. Habrá que estar muy atentos a las posibles sorpresas que nos pueda dar este animal.