En los primeros compases del 2014, Google presentó Android Wear mediante una serie de vídeos y un breve post en su blog oficial. Meses más tarde, la compañía dio más detalles de esta plataforma en el Google I/O, evento en el que descubrimos un dato clave: Google no iba a permitir la personalización de Android Wear más allá de watchfaces.
¿Por qué es tan importante? Básicamente, porque una de las virtudes de Android siempre ha sido su apertura a los desarrolladores, a los fabricantes y a todas las modificaciones de terceros. En cambio, Google no quiso que esa apertura también llegase a Android Wear, pues su intención es que el software esté controlado al 90% por ellos mismos en lugar de dejarlo en manos de los fabricantes de hardware.
En un principio, esto fue bien acogido por los usuarios, especialmente por los más expertos, los cuales, por lo general, suelen declarar su amor a las versiones puras de Android. Y es que la ausencia de capas de personalización asegura, a priori, una experiencia homogénea, consistente y pulida; algo que, por desgracia, no siempre ocurre cuando las capas de personalización entran en juego –vease TouchWiz, una capa que aún conserva ciertos rastros de lag incluso en terminales muy potentes–.
Pero, a pesar de esa impresión inicial y de forma totalmente contraria a lo que la gran mayoría del público afirma, las capas de personalización podrían ser precisamente la clave para que Android Wear despegue y avance a pasos agigantados. Pueden aportar mucho más de lo que nos imaginamos.
Y es que Android Wear aún necesita madurar mucho. Necesita características nuevas que lo hagan realmente útil; necesita soporte para más sensores y chips; necesita más partners que lancen dispositivos bajo esta plataforma; y necesita ideas e innovación. La llave para todo eso, aunque pueda parecer increíble, es la apertura a los desarrolladores y a los fabricantes.
Google estaría meditando sobre la posibilidad de abrir Android Wear a desarrolladores y fabricantes
Si echamos la vista atrás, veremos que muchas de las características y funciones que encontramos hoy en día son versiones pulidas de otras que encontrábamos en las capas de personalización de los fabricantes de la plataforma. Ejemplo rápido: los ajustes rápidos en la barra de notificaciones fueron incorporados por primera vez por Samsung en su Galaxy S; más tarde, Google lo incorporó de forma nativa en Android. Otro caso similar es el diseño de Android 5.0 Lollipop, el cual está claramente inspirado en HTC Sense 6.0. Y lo mismo podemos decir de muchas otras características como el modo de ahorro de energía. Es decir, las capas de personalización han servido de inspiración en un gran número de ocasiones a Google, a pesar de que su ejecución inicial no haya sido siempre perfecta.
Android es un poco de todos, no solo de Google. Y Android Wear, si quiere alcanzar el mismo éxito que Android, debería seguir su mismo camino. Eso sí, abrir las puertas a modificaciones de terceros y a las capas de personalización es un arma de doble filo. Si bien traería consigo una mayor versatilidad y nuevas ideas sobre la mesa que, probablemente, no habrían llegado de otra forma; también puede perjudicar a la homogeneidad y, por lo tanto, a la experiencia de usuario de la plataforma. Sería un trabajo duro el que Google tendría que llevar a cabo para mantener el equilibrio entre ambos aspectos, pero seguro que tendría sus frutos.