Siguiendo la estela de LG y su LG G Watch R, Samsung ha presentado oficialmente el Samsung Gear S, su nuevo smartwatch basado en Tizen con pantalla curva y conectividad 3G, algo muy poco habitual hasta ahora en el mercado de los wearables y que puede marcar las diferencias tanto a favor como en contra de este nuevo dispositivo de Samsung.

El Samsung Gear S hereda la pantalla curva del Samsung Gear Fit –aunque en este caso, menos rectangular y de mayores dimensiones–, algo que me parece todo un acierto, pues se adapta mejor a la curvatura de la muñeca. Concretamente, se trata de un panel Super AMOLED de 2 pulgadas con resolución de 480 x 360.

Conectividad 3G y pantalla curva, las dos características clave del Samsung Gear SPero lo más destacable del Samsung Gear S, como hemos dicho anteriormente, es la inclusión de conectividad 3G, algo que abre todo un mundo de posibilidades a este Samsung Gear S. No obstante, queda aún por ver cómo Samsung es capaz de aprovechar dicha conectividad y, sobre todo, qué impacto tiene esta en la autonomía del dispositivo, un punto débil que la gran mayoría de smartwatches comparten y que, salvo excepciones como Pebble, ninguno ha conseguido solventar aún.

Samsung Gear S

Por otra parte, Samsung ha decidido emplear Tizen como plataforma base para este Samsung Gear S, una decisión que ha sorprendido a muchos. Y es que parecía que la compañía iba a apostar por completo por Android Wear tras el lanzamiento del Samsung Gear Live en el pasado Google I/O 2014, pero nada más lejos de la realidad, los asiáticos han vuelto a las andadas y han decidido volver a utilizar Tizen, una decisión muy discutible y que seguro que levantará polémica –teniendo en cuenta que Google ya dio un pequeño toque de atención a Samsung por apostar más por Tizen que por Android Wear–.

Samsung vuelve a apostar por Tizen en lugar de Android WearComo características de menor relevancia, encontramos un procesador de dos núcleos a 1 GHz, batería de 300 mAh (con una duración estimada de dos días), 512 MB de RAM, 4 GB de memoria interna, A-GPS, GLONASS, acelerómetro, giroscópio, sensor de ritmo cardíaco, sensor de luminosidad, sensor de rayos ultravioleta, barómetro, Bluetooth 4.1, teclado QWERTY on-screen (algo que, a priori, parece un error), certificación IP67 y, como no podía ser de otra forma, integración con el software propietario de Samsung (S-Health, S-Voice... e incluso Nike+ Running).

Samsung ha confirmado que este Samsung Gear S –y el Samsung Gear Circle, unos auriculares bluetooth diseñados para funcionar en conjunto con el Gear S–, llegarán a las tiendas en octubre. Se desconoce aún el precio al que lo hará, aunque yo apostaría por unos $300, teniendo en cuenta el buen hardware interno que incorpora.