Eduardo Galeano escribió: "Somos aquello que hacemos para cambiar lo que somos". En esas está BlackBerry. Por segunda vez en dos años. En enero de 2013 presentó BlackBerry 10 y, como decía una compañera de carrera con cierto gusto por el pesimismo antropológico, "todo puede salir mal siempre". No queda duda de que a nivel comercial ha sido poco menos que una catástrofe. El stock que ha quedado sin venderse es enorme, especialmente del modelo Z10, que ya fue señalado como culpable hace unos cuantos meses de los malos resultados económicos de la antigua RIM.

Desde Siemens, ningún otro fabricante había tenido una caída similar.Si 2013 empezó mal, acabó peor. 2012 se había cerrado como un año negro para la historia de la compañía de Waterloo. Las cuotas de mercado de los principales países del mundo habían caído. Todas. BlackBerry se había tomado un descanso en cuanto al lanzamiento de nuevos productos para centrarse en pulir el que iba a ser su tabula rasa, y esto aceleró la caída.

La diferencia es que en enero de 2013 cabía la esperanza. Cabía pensar que BlackBerry 10 iba a poder revertir la situación. Se venía de tiempos muy malos, pero había algo a lo que aferrarse. El 30 de enero de 2013 hasta Alicia Keys parecía que iba a tener un buen papel en la empresa. Se anunció la nueva plataforma y las nuevas Z10 y Q10. Llegaron posteriormente las primeras reviews. Y no eran demasiado halagüeñas.

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No al menos todo lo que debían ser para una compañía que necesitaba volver a convencer. ¿Lo hizo? No. Un buen ejemplo de todo lo anterior es esta gráfica con la evolución de la cuota de mercado de BlackBerry en México, España y Argentina, desde enero de 2012 hasta abril de 2014. En España, BlackBerry 10 certificó el hundimiento. De porcentajes cercanos al 10 % se pasó al 0 %. No se vendían BlackBerrys en España. Argentina aguantó algo mejor pese a otra tendencia a la baja. El batacazo en México ya fue para echarse a llorar. De cuotas de entre el 30 y el 35 % (¡uno de cada tres smartphones vendidos en México era de BlackBerry!) se llegó a cifras inferiores al 5 %. Y nuevamente, con tendencias bajistas.

¿Qué pasaba mientras tanto en el resto del mundo? Más de lo mismo. De porcentajes heterogéneos se llegó al punto en el que nadie sube del 2 %. Especialmente graves fueron los casos de Reino Unido, quien entre 2010 y 2012 sirvió de balón de oxígeno a BlackBerry, Francia, e Italia.

iOS y Android lo han acaparado todo de tal manera que apenas dejan hueco para que Windows Phone continúe vivo tratando de crecer y lográndolo de una forma humilde. En el caso de países con un nivel de renta menor (además de a Latinoamérica incluyo a España, claro), tiene incluso la posibilidad de superar a iOS en cuota de mercado de forma al menos puntual.

Paralelamente, los resultados económicos han sido un fracaso tras otro, llegando a la situación límite de 4.440 millones de dólares de pérdidas en el tercer trimestre de 2013. En ese trimestre, toda la compañía sólo fue capaz de vender 1,9 millones de terminales en todo el mundo.

¿Cómo hemos llegado a esto?

Entre las causas que pueden llevar a un gigante de los dispositivos móviles a un panorama como este, ahí van algunas claves:

  • Aferrarse a un nicho cada vez más residual. BlackBerry se caracterizó (y en el imaginario de muchos lo sigue haciendo) por sus dispositivos con teclado QWERTY físico. En 2008 podía valer. Y valió. Pero cada año que pasaba, la competencia le marcaba el camino pasándose a dispositivos sin teclado físico. BlackBerry continuó con ellos y lo pagó caro.

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  • A su vez, escasa experiencia en el otro tipo de productos. El ejemplo perfecto es BlackBerry Z10: ¿qué ofrece que no ofrezcan otras alternativas ya asentadas y que tenga valor para el usuario? BlackBerry quiso pasarse a un terreno en el que nunca había jugado. El resultado: diferenciación cero, y un ecosistema que no estaba como para echarlo a los leones.

  • El usuario medio no valora una alta seguridad. El usuario medio, que es el que al final del día da de comer a la mayoría de empresas, ni siquiera es capaz de imaginar los niveles de privacidad y seguridad de sus comunicaciones y datos. BlackBerry con muy buena intención trataba de concienciar sobre la importancia de este aspecto, pero vivimos en un mundo entregado a Facebook, WhatsApp y compañía. ¿De verdad pensaban que ese era el mensaje a la hora de vender?

  • Maldito ecosistema. En 2010 se podía vender una cantidad aceptable de Samsung Wave. Pese a Bada. Lo de las aplicaciones, en el (una vez más) usuario medio todavía no se terminaba de controlar y podía colar una plataforma así, aunque no tuviera ni WhatsApp. Pero en 2012 o 2013, ni hablar. Dos o tres años en tecnología de consumo son demasiado tiempo. Lanzar BlackBerry 10 con una ausencia de aplicaciones flagrante ya fue una temeridad, pero peor fue la indiferencia posterior. Sí, con BlackBerry 10.1 podía ser "muy fácil" portar apps de Android, pero dile al usuario medio que compre una BlackBerry en lugar de un Samsung, un Sony o un LG para luego tener que hacer historias en su ordenador para poder jugar a Candy Crush. Y con 10.2 sería posible bajarlas directamente de un cliente alternativo de Play Store, con un sólo click. Pero ya era muy tarde, y seguía sin ser lo mismo, aunque muchos se empeñen razonablemente.

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  • PlayBook como metáfora. Cuando BlackBerry Playbook llegó al mercado, BlackBerry utilizó el eslogan "Amateur hour is over", haciendo referencia a que ni Apple ni Samsung ni nadie tenían productos realmente buenos. A que "los mayores" ya habían llegado con su nueva tablet. Esa nueva tablet se caracterizaba porque era compatible con Flash. Por si fuera poco, la presentación fue un ejemplo de cómo no hacer las cosas. Llena de soberbia, de aleccionamiento a la competencia e incluso a los propios usuarios. Prometieron que BlackBerry Playbook se actualizaría a BlackBerry 10 y el update nunca llegó. Se vendieron poquísimas y se acabaron regalando junto a otros dispositivos para dar salida al stock. La respuesta empresarial tampoco fue la esperada. Un despropósito de producto y de estrategia.

  • A BlackBerry le importa la tecnología, no lo que haces con ella. Un ejemplo es la única vez que utilicé las llamadas de voz integradas en BBM desde una BlackBerry 10 a otra. Así pude hacer uso de la tecnología Natural Sound. Recuerdo esa llamada porque se escuchaba increíblemente bien. Nunca había notado al teléfono todos esos matices, esa claridad y nitidez. ¿El problema? Lo dije antes: sólo compatible con llamadas de voz desde BBM entre dos terminales con BlackBerry 10. ¿Cuánta gente puede disfrutarlo? Casi nadie. Similar fue lo de BBM. De rey de mensajería instantánea desde el smartphone pasó a residual entre el mercado de consumo cuando llegó WhatsApp, quien pese a todos sus fallos y carencias sí supo ver que la clave estaba en ser multiplataforma. BBM hizo este movimiento cuatro años después. Una vez más, cuando era muy tarde.

  • Pérdida del sector corporativo. En estos últimos años, BlackBerry ha perdido la confianza de unas cuantas empresas estratégicas para ella. La última, Ford, quien ha migrado a iPhone. La mayoría, de hecho, en favor del iPhone.

¿Y ahora qué?

Tras esquivar la venta a Fairfax Financial hace unos meses, hay motivos para una pequeña esperanza en BlackBerry. Por un lado, la figura de John Chen. Chen es un hombre, ante todo, tranquilo. Desde su milagro en Sybase, arrastra la fama de ser el hombre idóneo para levantar empresas al borde de la ruina. De ahí su llegada a la canadiense. En una entrevista de enero en Recode ya dejó caer algunos de sus planes e intenciones: "un doctor de urgencias no debería tener miedo a ver sangre".

John-ChenY así comenzó 2014: varios proyectos cancelados y multitud de despidos y recortes en las oficinas de BlackBerry de todo el mundo. También se ganó la bendición de históricos de la tecnología como John Sculley, ex-CEO de Apple, quien habló de él como una de las figuras más respetadas del sector tecnológico.

Él fue el responsable de que BlackBerry no se vendiese. La venta a Fairfax sonaba a negocio de patentes y desintegración de la compañía desde dentro. Hoy, BlackBerry sigue viva. Hace poco menos de un año, muchos hubiésemos apostado porque no sería así. Ahora, esquivada la muerte, tiene el reto más difícil: vivir y crecer.

Passport

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Es el ejemplo perfecto de lo que es capaz de hacer una compañía desnortada. Si hay algo que desde luego no pedía el mercado era un terminal con el mismo BlackBerry 10, teclado físico, pantalla cuadrada enorme para ser cuadrada (4.5 pulgadas) y una ergonomía nula. Incluso llega con los bordes rectilíneos, casi afilados. Alguien se tomó demasiado literal lo de ofrecer algo diferenciador.

¿Qué ocurre con sus acciones?

No hace falta ser un genio para intuir que si alguien tiene acciones de BlackBerry desde hace un tiempo tiene motivos para estar algo molesto. En unos cinco años, las acciones han llegado a caer entre un 75 y un 90 %, pasando de rozar y llegar a superar los 80 dólares por título a caer hasta el mínimo histórico de 5.88 por acción del pasado mes de octubre.

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Si lo miramos con menos perspectiva, los últimos 15 meses dejan ver una evolución igualmente a la baja pero con señales de recuperación. Dicho punto negro en octubre supuso un rebote notable tanto a principios de año como en las últimas semanas, habiéndose vuelto a superar la cifra de 10 dólares por acción.

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¿Qué viene ahora?

Hablar a toro pasado es fácil, claro. E incluso ventajista en muchos casos. Aunque al menos en mi caso, será que no avisé, también en época de vacas gordas: "lo que va a triunfar es el modelo del iPhone, con buen ecosistema y sólo pantalla táctil". Sobre el futuro, muchas voces apuntaron a un mismo e hipotético escenario de cara al futuro por parte de BlackBerry: software.

  • Internet of Things, a.k.a. Internet de las Cosas, puede suponer un nuevo cojín para BlackBerry en los próximos años. A ello le ayuda su vocación desde hace muchos años de empresa global, que se ocupa de software y hardware de forma simultánea. En su blog ya hablaron de que Internet de las Cosas es sólo el comienzo y de su capacidad de transformación. Bienvenidos a Project Ion.

  • Coche conectado y QNX. QNX, como sistema operativo de tiempo real con muestras continuas de datos, es un serio candidato a convertirse en protagonista en otra historia que acaba de empezar, la del coche conectado.

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  • Y de nuevo, software. Con la presentación de BBM multiplataforma, y pese a lo accidentado de su llegada, demostraron ser capaces de volver a crear la suficiente expectación para un producto que no tenía nada de nuevo y que además llegaba tarde y con una competencia feroz.

  • Adiós a la BlackBerry que hemos conocido. Si he de mojarme con alguna predicción, iré a lo relativamente seguro: la BlackBerry que todos conocemos hasta ahora no va a volver. Nunca. No veremos a una compañía volcada con sus dispositivos porque se ha quedado sin mercado como para que le vuelva a salir rentable fabricarlos. BlackBerry ahora evocará a software. Y quizás ni siquiera a software final para el consumidor, sino ofrecido directamente a empresas que hagan de intermediarias.

Todos mis argumentos, por supuesto, admiten enmienda, e incluso que me repliquen que el que ha caído, en todo caso, soy yo. Para eso están. Charlemos en los comentarios y me explican su punto de vista.