La riña entre Telefónica y América Móvil sigue su curso, llevando ahora el siguiente capítulo hasta las puertas del Senado de la República en México, situación ante la cuál la compañía, propiedad del empresario Carlos Slim, ha reaccionado, criticando duramente el actuar del representante de Telefónica en el país: Francisco Gil Díaz; en una espiral de acusaciones y disputas donde los puntos de ataque entre ambas firmas son bastantes. Todo inició hace unos días, cuando Telefónica, a través de un comunicado oficial, reveló la ejecución de una denuncia formal ante las autoridades, acusando a las distintas empresas de telefonía de Slim de no acatar las diposiciones impuestas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), negándose a compartir información sobre su infraestructura entre otras tantas anomalías.
Sin embargo, tras la obtención de un amparo y la publicación de una carta dirigida al Senado y firmada por Héctor Slim Seade, director general de Telmex, como una aparente estrategia para ganar tiempo en lo que avanza la legislación secundaria en telecomunicaciones, el asunto quedó virtualmente despachado, permitiendo este lapso donde la compañía española no podía proceder, a la par que Telcel, Telmex y Telnor podrían seguir operando como antes. Pero Telefónica no se quedó cruzada de brazos y acusó acusó a Teléfonos de México (Telmex) y a Telcel de impedir la entrada de nuevos competidores al mercado, además de incumplir con sus obligaciones de cobertura y de invertir menos que el promedio de la industria, todo mediante otra carta dirigida a la mesa directiva del Senado, escrita por Francisco Gil Díaz, Presidente de la compañía.
Las empresas pertenecientes al conglomerado América Móvil señalan en su primera misiva dirigida a esta instancia pública, que sus competidores no han invertido lo suficiente para modernizar sus redes, a la par que, Slim Seade argumenta que Telcel en realidad ganó una participación de mercado de 70% gracias a que ofrece servicios en regiones remotas y apartadas, en donde sus competidores no desean invertir, debido a que estos mercados no les resultan atractivos.
El cierre de la carta es contundente y de ataque franco, denunciando que en el mercado de la televisión la compañía de Slim se ha visto limitada e impedida para entrar a competir, denotando el rezago e insinuando una coacción por impedir su ingreso, calificando de paso de "incompetente" a Francisco Gil Díaz, en su gestión al frente de Telefónica en México.
En su respuesta, el directivo de la española expone expone distintos puntos de vista en torno a las leyes secundarias de la reforma de telecomunicaciones, calificando como "violaciones del Estado de Derecho", al desacato de Telmex y Telcel tras el dictamen de preponderancia del IFT, lo que le ha venido costando un 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a México por el encarecimiento de los servicios de telefonía móvil, según alegaciones de Gil Díaz.
