El próximo 8 de abril es la fecha que Microsoft ha fijado para finalizar el soporte de Windows XP; a partir de esta fecha, Microsoft no desarrollará más parches de seguridad para este longevo sistema operativo. Si bien es cierto que las herramientas de eliminación de malware se mantienen hasta julio de 2015, Windows XP se convertirá, en menos de un mes, en un producto sin soporte y, por tanto, "clínicamente muerto".
Como ya comentamos la semana pasada, los usuarios debemos prepararnos para el fin de soporte de Windows XP; es decir, si seguimos usando este sistema operativo (y sigue siendo el segundo más usado actualmente) deberíamos plantearnos qué vamos a hacer y, por tanto, si vamos a dar el salto a Windows 7, Windows 8 o damos un salto algo más disruptivo hacia el mundo Linux. No hacer nada, honestamente, creo que no es una opción a seguir; la actualización desplegada por Microsoft el 8 de marzo se va a encargar de recordarnos la fecha del 8 de abril y la necesidad de migrar.
Windows XP ha estado con nosotros alrededor de 12 años, un largo periodo de tiempo que nos ha acompañado en nuestros ratos de ocio y en los de trabajo; un compañero fiel que, evidentemente, no era perfecto. En términos generales, Windows XP ha sido un buen sistema operativo pero, como cualquier producto, presentaba grandes carencias y algunos detalles que, sin duda, no echaremos de menos.
Para ir preparando la despedida de Windows XP, hoy vamos a dedicar unos minutos a mirar el proceso de migración desde la perspectiva de las ventajas que aporta migrar y, por tanto, las cosas que no echaremos de menos de Windows XP.
Limitaciones de memoria RAM
Cuando Windows XP se lanzó al mercado, los requisitos de RAM de los PCs eran muy bajos. No era raro encontrar PCs con 256 MB o 512 MB de memoria RAM; por tanto, pensar en 4 GB de RAM era algo casi imposible. Sin embargo, el tiempo fue pasando y el software terminó volviéndose más exigente; un hecho que provocó que, poco a poco, fuésemos necesitando más memoria RAM para mantener los procesos de nuestro sistema sin mermar la experiencia de uso.
Ampliar la memoria RAM de un PC es bastante simple, compramos el módulo y lo instalamos en la placa base; sin embargo, en Windows XP podíamos llegar a encontrarnos un pequeño inconveniente que no todos los usuarios tenían en mente cuando ampliaban la memoria de su equipo.
¿El problema de Windows XP? Salvo que usásemos la versión profesional de 64-bits, Windows XP no era capaz de manejar más de 3 GB de memoria RAM; por tanto, aunque nuestro equipo tuviese instalados 4 GB, solamente podríamos usar 3 GB y desperdiciábamos uno por el camino. En Windows 7 es bastante habitual optar por versiones de 64-bits que sí que nos permiten trabajar con más RAM y, evidentemente, Windows 8 está pensado para manejar bastante memoria y los equipos que vemos en el mercado suelen incluir 4 GB de memoria o incluso más.
Soporte de hardware
Otro de los problemas de hardware que encontrábamos en Windows XP era el soporte para discos duros SATA. Hoy en día los discos SATA son el estándar de mercado; sin embargo, Windows XP no soportaba esta tecnología, no incluía driver alguno para controladoras de disco SATA y esto era un problema a la hora de instalar. Hasta la llegada de Service Pack 3 en 2008 no conseguimos un soporte nativo de SATA en XP y esta ausencia era un gran problema a la hora de instalar un sistema puesto que nos obligaba a "cocinar" nuestros propios discos de instalación (con nLite, por ejemplo) o a cargar, manualmente, drivers adicionales en los pasos previos a la instalación.
Son muchos los dispositivos que actualmente se lanzan al mercado y, directamente, no tienen soporte para Windows XP. Es un fastidio que, evidentemente, se irá acrecentando conforme pasemos la barrera del fin de soporte de XP porque toda la industria en bloque le dará la espalda a este sistema operativo.
Paint
Aunque pueda parecer una aplicación menor, todos hemos usado alguna vez Paint. Windows nos ha ofrecido siempre una sencilla aplicación de dibujo con la que editar, de manera algo rudimentaria, imágenes en formato BMP o JPG; una aplicación espartana en funcionalidades y opciones que también se incluía en Windows XP. Debo reconocer que, durante mi época de estudiante, usé más de una vez Paint en Windows XP (edité alguna que otra gráfica de algún trabajo de clase) pero estaba a años luz de cualquier herramienta de dibujo o de editores de imágenes como Gimp o Photoshop.
Es curioso que, a pesar de lo práctico que es Paint, Microsoft apenas había invertido en evolucionar esta herramienta. Prácticamente, Paint permanecía invariante con respecto a Windows 95 y Windows 98. Tuvo que llegar Windows 7 para que Microsoft, por fin, dedicase tiempo a reformar Paint. Si pruebas la versión de Paint que se incluye en Windows 7, llegarás a la misma conclusión que llegué yo: no echarás de menos la versión de Paint de Windows XP.
Errores ininteligibles
Debo reconocer que uno de los aspectos del software de Microsoft que más gracia me hace son las salidas de errores. Los productos de Microsoft, en general, tienen una manera muy particular de indicar que se ha producido un error: nos ofrecen un código de error en formato hexadecimal. Parece casi una seña de identidad de Microsoft y, por ejemplo, con el pantallazo azul nos ofrecía también información que era difícil de entender más allá de que no nos quedaba otro remedio que reiniciar nuestro sistema.
Conforme Windows ha evolucionado, los mensajes de error se han hecho algo más fáciles de entender; en Windows 8 el pantallazo azul se ha hecho algo más cercano y nos muestra un emoticono triste indicando que hay que reiniciar y perderemos nuestro trabajo. En Windows 7 el pantallazo azul sigue ofreciendo un "galimatías" a los usaurios pero, al menos, ciertos mensajes de error se han pulido un poco más.
Problemas de seguridad
La seguridad ha sido una de las grandes carencias de Windows XP. Al ser un sistema tan longevo, ha habido mucho tiempo para explorar sus vulnerabilidades y bugs y, evidentemente, el fin de soporte dejará muchas incidencias sin resolver. Windows XP ha sido víctima de muchos ataques de malware y, como no, Internet Explorer ha contribuido mucho a ser un coladero de todo tipo de código malicioso o de barras de "ayuda".
La función de autorun de unidades USB y unidades de disco óptico también fueron un gran problema para los usuarios; las unidades USB nacieron en pleno apogeo de Windows XP y se convirtieron en la principal vía para compartir información y, por supuesto, también para compartir malware que se ejecutaba nada más arrancar la reproducción automática del dispositivo.
Internet Explorer
Sí, habéis leído bien, he escrito que no echaremos de menos Internet Explorer cuando abandonemos Windows XP. Soy consciente que Internet Explorer sigue vivo y está presente tanto en Windows 7 como en Windows 8 pero, eso sí, las cosas son muy distintas.
El fin de soporte de Windows XP, al fin, pone punto y final a esas "malvadas" versiones de Internet Explorer que no seguían los estándares web y que quitaban horas de sueño a desarrolladores y diseñadores. Gracias a Internet Explorer 6, Internet Explorer 7 e Internet Explorer 8, y sus constantes "malas interpretaciones" del CSS, los diseñadores y desarrolladores de aplicaciones web tenían que trabajar siguiendo los estándares y, posteriormente, aplicar un CSS específico para Internet Explorer.
Para el usuario, seguramente, este tipo de cosas son transparentes pero los que trabajamos en proyectos de desarrollo web, en más de una ocasión, hemos sufrido a Internet Explorer: webs que se visualizaban correctamente en Mozilla Firefox y Google Chrome pero, por el contrario, presentaban errores al verse con Internet Explorer.
DirectX 9
Microsoft desarrolló DirectX como un conjunto de APIs que permitiesen a los desarrolladores realizar tareas complejas de procesamiento de vídeo sobre sistemas Windows. La mayoría de juegos para PC se apoyan en DirectX para el aspecto gráfico y, al final se convirtió en un componente clave para los que jugábamos a juegos en el PC.
¿El problema? Los juegos actuales se apoyan sobre DirectX 10 y DirectX 11, gracias a estos frameworks podemos experimentar mayor calidad gráfica y mejor desempeño; sin embargo, Windows XP se quedó estancado en DirectX 9 y eso, sin duda, es un gran hándicap para los que queremos disfrutar de buenos juegos.