El ataque de los trolls en Internet suele ser, por desgracia, muy habitual. Sin embargo, cruzar la línea roja que separa la mera crítica de la opinión y el insulto suele ser complejo, ya que entran en conflicto, por un lado, el derecho a la libertad de expresión y el reconocido respeto al honor y a la integridad individual. Cruzar ese peligroso abismo puede resultar muy caro, como ahora vive en primera persona MeriStation.
Según informa El Economista, el Tribunal Supremo ha decidido imponer una multa de 12.000 euros (en concepto de indemnización) a Meristation Magazine S.L. por no "proteger el honor del demandante". En otras palabras, la conocida web no había borrado los insultos y amenazas hacia Evelio, el propietario de un negocio de informática en Cataluña.
La sentencia del Tribunal Supremo es bastante clara en cuanto al deber de protección del honor incumplido por MeriStation. En su sitio web, se podían leer insultos y amenazas como las recogidas en el dictamen de la Sala Primera del Supremo, donde se pueden ver expresiones como: "esos hijos de puta no pueden quedar impunes, [...], hubiera ido directamente a la tienda a matar a hostias al Evelio ese".MeriStation alegó que no se hacía responsable de los contenidos vertidos en sus foros
Dado el fuerte contenido de las declaraciones publicadas en el sitio web, no borradas por MeriStation, la sentencia del Supremo impone un precedente claro: la culpabilidad de las amenazas e insultos recogidos no solo es de la fuente anónima, sino que la página web que admita ese tipo de comentarios también tiene una responsabilidad importante.
El derecho al honor vulnerado según el Supremo, razón de la multa a MeriStation, está protegido por la Ley Orgánica 1/1982. En palabras del propio magistrado, las amenazas e insultos recogidos en este foro "atentaban claramente contra la dignidad y la estima del demandante, además de menoscabar su fama".
A pesar de que MeriStation alegó que no se consideraba "responsable de los contenidos" vertidos por los usuarios en su sitio web, lo cierto es que el Supremo no lo ha interpretado así en su sentencia. Como consecuencia, MeriStation se verá obligada a pagar 12.000 euros como indemnización al propietario de Aiguamolls. Además, deberá asumir también los costes del recurso de casación, de acuerdo a lo dictado por el Supremo.