He de reconocer que me resulta curioso que, a pesar del potencial que tiene NFC, sea aún una tecnología tan infrautilizada. Salvo algunos casos de uso singulares (tarjetas de visita o sistemas de control de acceso), los sistemas de pago mediante NFC no terminan de despegar y son muchas las voces que afirman que esta tecnología nació desde el principio muerta. ¿Está NFC realmente muerto o aún no hemos encontrado un escenario de uso que nos permita explotar esta tecnología? Desde Intel Labs, la Universidad de Washington y la Universidad de Massachusetts Amherst han decidido explorar usos de NFC y han dado con uno con bastante potencial: la señal NFC es capaz de alimentar una pantalla de tinta electrónica y, por tanto, sería posible desarrollar etiquetas identificativas basadas en estas dos tecnologías.
En cierta medida, la idea que plantean Intel Labs, la Universidad de Washington y la Universidad de Massachusetts Amherst guarda cierto paralelismo con la tecnología RFID y las etiquetas pasivas. Con este tipo de dispositivos pasivos, el transpondedor RFID nos ofrecía información (identificación de un elemento de inventario en un almacén) tras enviar una señal radio a la etiqueta; una señal que se utilizaba para "alimentar" el dispositivo sin necesidad de usar una fuente de alimentación instalada en la etiqueta RFID.
Salvando las distancias, tanto en concepto como temporales, el equipo de investigación tras este proyecto ha comprobado cómo la onda electromagnética generada en una comunicación RFID es capaz de alimentar una pantalla de tinta electrónica (las que podemos ver en un E-reader). Concretamente, han diseñado un pequeño sistema que gira alrededor de una pantalla de tinta electrónica y que es capaz de almacenar la energía generada en una transacción mediante NFC y almacenarla en una pequeña batería. Con la batería, el sistema alimenta la pantalla de tinta electrónica y mostraría un mensaje predefinido, por ejemplo, una etiqueta que detalle el contenido de un paquete, el historial de éste o mostrar una secuencia de imágenes de manera rotativa (hasta que se gaste la energía acumulada).
Si bien esto es un experimento sin un propósito comercial, los investigadores han diseñado un prototipo con una pantalla de 2,7 pulgadas y con memoria para almacenar alrededor de 20 imágenes; un sistema que además sería escalable para trabajar con pantallas de mayor tamaño y que también admite el envío de datos desde un smartphone usando NFC (haciendo que estos dispositivos sean flexibles y fáciles de grabar).
¿Y cuáles podrían ser sus aplicaciones? Un sistema de estas características podría desbancar al uso de etiquetas RFID puesto que se eliminarían los lectores y, por tanto, solamente se requeriría un smartphone para alimentar la etiqueta NFC y leer la información que se expone en la pantalla. El marketing podría ser también un buen destinatario de este tipo de dispositivos y, por ejemplo, se podrían usar como una original plataforma de anuncios al mostrar imágenes intercaladas con mensajes publicitarios.
De todas formas, todo este tipo de casos de uso son simples especulaciones y, por ahora, estamos ante un experimento que se presentará la Conference on Pervasive and Ubiquitous Computing del IEEE que se tendrá lugar en Italia.