El Presidente de la República Mexicana, Enrique Peña Nieto, propuso hace algunas horas una Reforma Energética en México que tiene el objetivo de desarrollar la industria petrolera y, a su vez, también busca el desarrollo de un sistema eléctrico nacional basado en principios técnicos y económicos bajo la rectoría del Estado. Esta reforma promueve la participación de empresas privadas en estos sectores, siempre de la mano de las empresas mexicanas, para generar progreso sustentable.
En materia de Petróleo y Gas
Peña Nieto retoma, palabra por palabra, la reforma propuesta por el ex-presidente Lázaro Cárdenas al artículo 27 constitucional que habla acerca de la participación de la industria privada en materia de petróleo y gas. Esta reforma de 1938 permitiría contratos de utilidad compartida entre el gobierno y PEMEX y/o empresas particulares con el objetivo de explorar y extraer el petróleo en territorio mexicano. Además, brindaría permisos para su refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento. Y esto sólo quiere decir que las empresas particulares podrán participar en esos procesos, siempre siendo regulados por el Gobierno de la República. De esta manera, Peña Nieto deja muy claro que PEMEX no se vende ni se privatiza.
Otras adiciones a la Reforma Energética en México hablan de corregir el régimen fiscal de PEMEX para convertirla en una empresa competitiva, acompañado de una reestructura de la compañía y sus subsidiarias. Peña Nieto incluso habló de hacer más transparentes todos los procesos de la compañía y estableció una política nacional de compras de proveedores.
En materia de Energía Eléctrica
La Reforma Energética en México en materia de energía eléctrica también permite la participación de particulares en la generación de electricidad. No obstante, el estado seguirá manteniendo el control del Sistema Eléctrico Nacional, así como el servicio público de las redes de transmisión y distribución. Obviamente fortaleciendo a la Comisión Federal de Electricidad de una manera en la que la operación facilite la reducción de costos.
Para Peña Nieto, la Reforma Energética en México es una reforma a favor de la sustentabilidad. Ya que permitirá invertir en el desarrollo tecnológico y la adopción de fuentes de energía limpias y amigables con el entorno natural. Además de que promueve el uso de energías menos contaminantes y de bajo costo, como la solar, la eólica y el gas.
En pocas palabras, la Reforma Energética en México busca reducir costos de producción para bajar los precios convertirnos en un país sustentable. Todo esto haciendo hincapié en que ninguna de las dos empresas se va a privatizar ya que todo estará regulado por el gobierno. Una excelente idea si se cuenta con los medios para llevar a cabo esta transición. Tomemos en cuenta que aún falta que esta iniciativa sea presentada en el congreso y que, además se apruebe.
Aunque la Reforma Energética en México a manos de Enrique Peña Nieto puede soñar un tanto utópica, parece ser que tiene buenas intenciones. Sin embargo, sabemos que en México, el deporte favorito de nuestros políticos y encargados de las grandes instituciones es tomar ventaja de todo lo que se les ponga enfrente. Hace algunos meses, la Reforma a la Ley de Telecomunicaciones fue publicada y vaga sobre las mismas bases que esta Reforma Energética en México. El problema es que nuestro presidente quiere convertir un país de tercer mundo en uno de primer mundo de la noche a la mañana. ¿Será que él y su equipo tienen las capacidades para lograrlo?