Teniendo en cuenta la cantidad de servicios que Google es capaz de ofrecernos, creo que nos podemos hacer una idea de la cantidad de información que entra y sale de los centros de datos que la compañía tiene en Europa, Asia y América (unos centros de datos que, por cierto, consumen el 0,01% de la energía eléctrica mundial. Google Play, YouTube, Gmail, Google+ (y sus hangouts), Google Analytics, Google Maps o Google Now son algunos servicios de Google que podemos usar a diario y que, para nosotros, se han vuelto en algo tan cotidiano que no nos paramos a pensar dónde están ubicados o de dónde procede la información. Cuanto mayor es el uso y también conforme aumentan los servicios, mayor es el tráfico cursado; una evolución que en Google no es nada despreciable puesto que en 3 años el tráfico de Google ha pasado de ser el 6% del tráfico de Internet de Estados Unidos y Canadá a ocupar el 25%.

Pues sí, el 25% del tráfico de Internet cursado en Norteamérica está relacionado con algún servicio de Google; un dato especialmente interesante y que sin duda se puede extrapolar a otras muchas regiones geográficas. El encargado de ofrecer esta información ha sido la empresa de analítica Deepfield y las medidas han arrojado que alrededor del 60% de los dispositivos que se conectan a Internet en Canadá y Estados Unidos se terminan conectando a algún servicio de Google (concretamente el 62,28% de los dispositivos dentro del período de observación que tuvo lugar entre el 1 de junio y el 15 de julio de este año).

El tráfico de Google en Norteamérica

¿Y esto qué significa? Para que nos hagamos una idea, el tráfico de Google cursado solamente para Estados Unidos y Canadá supera a la suma del tráfico de Netflix, Facebook y Twitter. Este tipo de datos, en mi opinión, son algo a tener en consideración y nos arrojan una buena foto de la privilegiada posición que tiene Google y sus servicios frente el resto de players de contenidos que operan en la red (multiplicar tu tráfico por 4 en apenas 3 años es un gran sprint difícil de alcanzar).

Ese 62,28% de dispositivos que, al menos una vez, se conectan a los servidores de Google al cabo del día abarca un amplio abanico de gadgets y sistemas y no solamente se refiere a ordenadores personales y dispositivos móviles (si solamente fuesen estos dispositivos el porcentaje sería incluso mucho mayor) sino que también abarca consolas de videojuegos, sistemas empotrados o, por ejemplo, SmartTVs. Evidentemente, YouTube es el que mayor tráfico cursa de todos los servicios de Google pero, claro está, no es el único factor puesto que Gmail es muy utilizado al igual que Google Analytics que está presente, prácticamente, en cualquier página web que visitamos. Sin darnos cuenta, los servicios de Google están presentes allá por donde vamos y eso es, precisamente, lo que se refleja en estos datos.

Deepfield

Un crecimiento así en el tráfico, al final, se acaba notando en las propias redes de acceso y transporte puesto que el tráfico que cursamos no para de crecer exponencialmente. Desplegar redes con mayor capacidad es una solución al aumento de la demanda (y Google ha entrado ahí con Google Fiber pero, según comenta Deepfield, Google ha desarrollado otra solución para paliar los efectos del aumento del tráfico cursado.

Google Global Cache

Google Global Cache sería el nombre de esta solución que funcionaría a modo de CDN que Google tendría instalada en varios ISPs con los que ha establecido acuerdos de colaboración. Estos servidores (que rondarían el millar) estarían presentes en las infraestructuras de la mayoría de ISPs de Estados Unidos (alrededor del 80%) y también tendrían presencia en Asia y Latinoamérica para ofrecer desde infraestructuras de los ISPs los contenidos de Google con mayor demanda. Dicho de otra forma, gracias a Google Global Cache se podría ahorrar tráfico puesto que las aplicaciones más populares de Google Play o los vídeos más vistos en YouTube se sirven, directamente, desde la red del operador y no es necesario conectar con el centro de datos de Google más cercano.

Curiosamente, la existencia de estos servidores o su ubicación no son algo público y Google ni tampoco los ISPs suelen hablar de este tema por andar sujeto a estrictos contratos de confidencialidad entre los implicados; sin embargo, por los datos de estudios como los realizados por Deepfield hay trazas de su existencia y operación.

De todas formas, este tipo de prácticas no son nuevas ni tampoco nos deben sorprender, Netflix ya anunció que hace algo similar y, en el fondo, es un acuerdo que interesa a ambas partes. A los proveedores de contenidos les garantiza cierta calidad en el servicio y a los ISPs les descongestiona parte del tráfico, así que al final ambos salen ganando.

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