El ejército del Reino Unido ha comprado una remesa de 160 drones Black Hornet Nano con el objetivo de que les ayuden a realizar tareas de reconocimiento. Este dron tiene la particularidad que es muy pequeño y además se puede operar en condiciones adversas, con lo que su maniobrabilidad y eficiencia es mucho mayor.
Los drones han pasado de ser un elemento de ciencia ficción a ser una pieza clave en las operaciones militares realizadas en el mundo. Su principal misión es la de reconocimiento ya que pueden volar durante horas alrededor de un punto determinado. Son muy pequeños en comparación con un avión normal y por ello pasan muy desapercibidos en el cielo. Pero eso no quita que sean bastante grandes como para llevarlos encima. Necesitan una base especial, una pista de aterrizaje y su tamaño no deja de ser como el de una persona.
El Black Hornet Nano es un dron que los soldados podrán llevar encima ya que cabe en la palma de la mano. Mide 10 x 2.5 cm y pesa solo 16 gramos. Como características incorpora una cámara que permite transmitir video y fotografías a un control remoto portátil en un rango de hasta 800 metros. Es por ello que está diseñado para operaciones de proximidad.
El Black Hornet Nano se asemeja en su funcionamiento y vuelo al de un helicóptero y aunque su tamaño es pequeño, puede resistir vientos fuertes y condiciones duras. Con una carga, este dron puede volar a una velocidad máxima de 35 hm/h durante 30 minutos, lo que da a los soldados la capacidad de llegar a un sitio, soltarlo y escanear el entorno en busca de posibles objetivos. Puede ser controlado mediante el control remoto mencionado anteriormente, que operaría un soldado, o introducir una serie de coordenadas GPS para que la siga.
Estos drones han sido desarrollados por la compañía noruega Prox Dynamics AS en base a un diseño de un dron que se usaba para tareas de búsqueda y rescate. Fueron usados por primera vez en Afganistan en 2012 y el Ejército del Reino Unido ha comprado 160 de estos dispositivos por un valor de £20 millones.