Apple, que ha anunciado unos resultados financieros récords en el último trimestre, ha declarado pérdidas en sus filiales españolas. Este resultado negativo viene motivado por una estrategia de ingeniería fiscal de cara a minorar su base imponible a la hora de pagar impuestos. Estos métodos son en general los utilizados por grandes empresas como Google, Yahoo, Amazon o eBay.

Estas pérdidas, que se traducen en un resultado fiscal negativo tiene que ver con las formas que tienen de facturar sus ventas, que supone pagar solamente un 20% de media en impuestos en sus operaciones fuera de los Estados Unidos en aquellos casos en los que no declara pérdidas.

Gracias a que desplazan los beneficios de sus filiales a zonas con un tipo fiscal más ventajoso, por ejemplo a Irlanda en el caso de Apple -donde el tipo general del impuesto de sociedades es del 12.5% frente al tipo general español del 30%- pagan menos impuestos.

En este sentido, Apple España, opera a traves de dos filiales: Apple Marketing Iberia y Apple Retail Spain. La primera actúa como proveedor de servicios de publicidad, de modo que no comercializa productos adquiridos sino que recibe una comisión del 1% por las ventas obtenidas y por tanto apenas es suficiente para cubrir los gastos de operación, lo que se traduce en términos fiscales en unas bases imponibles muy reducidas que, en muchas ocasiones deriva en pérdidas.

La otra filial, Apple Retail España gestiona las ventas de las Apple Store, es decir el comercio minorista de los productos de Apple en España en tiendas físicas, y pese a que sí factura en España utiliza un método fiscal similar:

La filial compra a otra filial con base en Irlanda (Apple Sales International) sus productos a un precio muy cercano al precio de venta al público, lo que supone que en términos de operaciones el margen es apenas inexistente y se traduce en una ausencia de beneficios que disminuyen la tasa fiscal aplicable y un resultado cercano a las pérdidas.

En dicha estrategia fiscal se utiliza lo que se denomina comúnmente como precios de transferencia, que son aquellos por los que una empresa se vende a si misma e internamente entre las diferentes filiales los diferentes productos impidiendo que entre las filiales se obtengan beneficios.

Si además a esta estrategia tributaria le añadimos un crecimiento enorme en el número de tiendas y gastos de personal en el último año, resulta que hay más gastos que ingresos en cada ejercicio. Estas maniobras no solo suponen no generar beneficios, si no que además le permiten a Apple disfrutar de beneficios fiscales en España.

En números, Apple Marketing Iberia facturó 20,31 millones con un crecimiento de cerca del 14% y que descontando los gastos de personal supone un resultado antes de impuestos de 6,5 millones de euros y el pago de apenas 2,6 millones de euros en impuestos. Por otro lado, Apple Retail Spain tuvo unas ventas por valor de 142 millones de euros que debido a los gastos de personal y de las nuevas tiendas supone unas pérdidas antes de impuestos de cerca de 22 millones de euros.

Es decir, en conjunto la compañía en España tuvo unas pérdidas de casi 12 millones de euros con saldo favorable, es decir, en términos fiscales coloquiales les sale a devolver.

No se trata de una práctica ilícita puesto que no se evaden impuestos, si no que se buscan mecanismos fiscales que les resulten favorables de cara a minorar su base y pagar menos impuestos. Y aunque esta haya sido una explicación breve, el sistema es algo más complejo y supone grandes pérdidas en términos de recaudación para la Agencia Tributaria.

Por tanto, deben ser los reguladores los que pongan medidas a estas prácticas para que las empresas paguen impuestos acordes a los resultados reales de sus respectivos ejercicios fiscales y, no puedan utilizar estrategias tributarias que hagan que estén exentos.

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