láser que enfría

Cuando pensamos en láseres me imagino que todos lo hacemos en caliente. Es decir, que un láser calienta las cosas y puede que las derrita. Al menos en las películas yo siempre lo he visto así. Pues se ve que no era del todo cierto ya que ahora existe un láser que enfría. Y es que este sistema ataca un problema creciente. El de la refrigeración de grandes máquinas.

Hasta ahora para refrigerar máquinas se necesitan sistemas muy complejos que no siempre son muy eficientes. Además precisan de mucha energía con lo que al final seguimos teniendo el mismo problema. Este descubrimiento, publicado en la revista Nature hace una semana, podría revolucionar la refrigeración tal y como la conocemos ahora mismo.

El experimento se realizó en la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur y fue llevado a cabo por el equipo del profesor Xiong Qihua. Consiguió enfríar un semiconductor y pasarlo de una temperatura de 20 grados centígrados a una de -20 grados centígrados pero ya se piensa en llevar la refrigeración hasta -256 grados centígrados. Antes de este experimento nunca se había probado el enfriamiento mediante láser. Este semiconductor estaba hecho de sulfuro de cadmio, un material que se usa para celdas solares, sensores y componentes electrónicos.

El hecho de que se haya conseguido este enfriamiento solo es el primer paso. Cuenta el doctor Xiong que cuando se consiga dominar el sistema su uso se podrá expandir a multitud de dispositivos. Uno de los ejemplos es el de los escáneres magneticos que se usan en medicina, los cuales requieren mucho espacio y un sistema de refrigerado muy complejo a base de helio líquido. Podríamos eliminar todo el sistema y usar un sistema de refrigeración óptico que ocuparía mucho menos.

Además se podría usar en campos que presentan más posibilidades de uso comercial, como sistemas de aire acondicionado, neveras y coches. Eliminaríamos gases dañinos para el ozono y tendríamos un sistema con un gasto de energía más eficiente. El mercado global para edificios de energía eficiente se estima en 100 mil millones para 2017.

Por último se abre la puerta para construir versiones miniaturizadas que podrían acabar en smartphones y portátiles, integrado en el chip con lo que este se refrigeraría a si mismo. Un campo muy interesante el que se abre en el futuro.

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