El mundo del diseño es complicado. Sobre todo si no tenemos experiencia. Así es como podemos terminar viendo anuncios o páginas web que creen que Comic Sans es una tipografía válida para algo serio, por ejemplo. O webs que combinan diferentes tipografías que simplemente no pueden ser combinadas, creando una catástrofe estética que lamentablemente nuestros ojos tienen que soportar. Por eso, hemos armado una guía para principiantes sobre el “funcionamiento” de las tipografías en la web.

Digo funcionamiento entre comillas porque en realidad se trata de criterios estéticos. No estaremos basando en el presupuesto de que cuando estamos diseñando un logo o una web –y no tuvimos ganas de contratar un diseñador que seguramente se reirá de las aclaraciones que vamos a hacer- queremos priorizar la usabilidad y la interfaz antes que nada.

Este artículo no está dedicado a diseñadores, sino quizás a personas que recién están incursionando en el mundo del diseño web y quieren saber cuáles son las mejores formas de combinar imagen y código. Pero primero comenzaremos con algunos conceptos básicos para comprender mejor con qué estamos lidiando.

¿Qué es la tipografía?

La tipografía puede considerarse un arte o un oficio –el del tipógrafo- que no puede ser menospreciado. Diseñadores, y hasta arquitectos, estudian durante años para poder convertirse en tipógrafos. Obviamente que leyendo un par de líneas no nos convertiremos en expertos, pero podremos tener una idea más clara. La tipografía se encarga de manejar la disposición y la estética de letras, números y símbolos que están en el papel –o, en nuestro caso, la pantalla-, manejando las relaciones que se producen entre los mismos.

Existen diferentes tipos de tipografía, como por ejemplo la macrotipografía, o la tipografía creativa dedicada a crear nuevas y creativas formas de relación entre los diferentes tipos. En el día de hoy no nos vamos a concentrar en nada creativo porque no tenemos intenciones de crear una nueva tipografía, algo que requeriría que tengamos conocimientos de los que no disponemos.

¿Cómo puedo usarla sin ser un experto?

Solamente porque no seamos tipógrafos o diseñadores no significa que no podamos combinar tipografías de forma correcta y estética. Para eso, tenemos que tener en cuenta algunas claves.

  • Tipografía no es lo mismo que fuente.

No todas las tipografías se pueden combinar de la misma forma, y dependerá mucho del proyecto en el que estemos trabajando.

Las tipografías tienen que ser adecuadas para lo que queramos comunicar –lo veremos en algunas líneas- por lo que tenemos que pensar justamente qué queremos decir a la hora de elegir una tipografía que nos represente.

  • Aunque no tengas a cargo el diseño de un logotipo, puedes dar a conocer tu opinión con el conocimiento básico que tengas. Por ejemplo, si sientes que el “espíritu” de la marca que representas no está siendo expresado de forma correcta puedes decirlo con palabras que sean más profesionales y que den mejor a entender a la persona que está haciendo el trabajo.

Diferentes tipos de tipografías y usos

Las tipografías se dividen de acuerdo a diferentes criterios de clasificación, vamos a repasar algunos de ellos y luego explicar las situaciones en las que deben –o pueden, mejor dicho- ser utilizadas cada una de ellas.

  • Serif: estas tipografías reciben esta clasificación gracias a las pequeñas líneas que se pueden ver en los bordes de las letras. Las tipografías con serif tienen un aire más “serio” y generalmente se usan para el cuerpo del texto, para proyectos de imprenta, proyectos gráficos, o titulares. Para grandes cuerpos de texto en una web, es recomendable no usar serif dado que puede ser ilegible en algunas oportunidades. Algunas tipografías serif más modernas son las más adecuadas para el trabajo web.

  • Sans-serif: estas tipografías justamente carecen de las líneas que poseen las otras, el serif, y son ideales para el trabajo web, por eso son las más implementadas, por ejemplo, en los cuerpos de texto de las publicaciones y blogs. Estas tipografías tienen una apariencia generalmente plana y simple, que transmiten una sensación de elegancia sin necesariamente ser minimalistas o pasar desapercebidas.

  • Script: esta clasificación de las tipografías remite a la letra de caligrafía, como si hubiera estado escrita por una persona. De más está decir que es inconcebible para el cuerpo de texto de una página web, grandes bloques de texto en un anuncio, o cosas similares, dado que no tienen el mismo nivel de legibilidad que los otros dos grupos. Tienen razones de ser más estéticas, y transmiten usa sensación de calidez, de profesionalismo, al mismo tiempo que pueden contener más emoción que, por ejemplo, Helvetica.

  • Display: dentro de este grupo tenemos al ‘comodín’, el grupo de tipografías que en realidad no pueden ser catalogados dentro de las otras categorías. Por eso, es difícil decir a ciencia cierta cuáles son los mejores usos; dependerá de la situación con la que estemos lidiando en el momento.

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