Sony se ha convertido en el principal accionista de Olympus, Se hará con un 11,46% de las acciones a cambio de unos 500 millones de euros. Las dos compañías han firmado un acuerdo en el que se define como colaborarán ambas compañías a partir de ahora.

El principal interés para Sony está en acceder al mercado de instrumental óptico para medicina. De la mano de Olympus, productora del 70 % del mercado mundial de endoscopios, crearan una nueva compañía de la cual serán propietarias ambas compañías (Sony en un 51 %, Olympus en un 49).

Por su parte Olympus buscará con esta inyección de capital enderezar el rumbo económico de la compañía. Olympus registró el pasado año fiscal unas pérdidas netas de 490 millones de euros, tras el escándalo de cuentas falseadas -encubriendo pérdidas desde los años 90 por 900 millones de euros- destapado tras el despido de Michael Woodford. Ahora todo el asunto parece empezar a cerrarse en el juicio en el que tres exdirectivos de Olympus se han declarado culpables.

Las compañías seguirán siendo independientes, pero comenzarán a colaborar entre ellas intensivamente. El primer fruto será la compañía de material médico. En lo fotográfico ya hemos visto el éxito que ha supuesto el sensor Sony incorporado en la Olympus OMD EM-5.

Para los clientes de estas dos marcas puede ser una extraordinaria noticia esta colaboración. Sony es ahora mismo uno de los mejores fabricantes de sensores CMOS y pantallas del mercado, punto débil de las digitales Olympus hasta la OMD-EM5. Olympus, con sus objetivos Zuiko, tiene una amplia historia diseñando ópticas de muy alto nivel, mientras que Sony aún tiene un parque de ópticas limitado para sus modelos NEX, que han empezado a mejorar bastante durante el último año.

Si hacen las cosas bien, aprovechando la nueva situación para resolver sus carencias, podrían asentarse como las marcas hegemónicas de las cámaras EVIL, en el que ambas parten de una buena posición. Es un mercado que no tiene muchos años de historia y mucho futuro por delante, así que estamos en un momento muy importante para sentar unas buenas bases.