A lo largo de diversas notas alrededor de la Historia de la Tecnología hemos dedicado algunos minutos a conocer datos sobre la fundación de Intel (Gordon Moore y Robert Noyce), cómo nació Fairchild Semiconductor (gracias al "grupo de los ocho traidores") o cómo se desarrolló el primer microprocesador de la historia, el Intel 4004. Todas estas historias de los primeros años del Silicon Valley tienen en común a una figura que fue clave, y aún sigue siéndolo, para poner en marcha a las grandes empresas del sector puesto que, a pesar de no tener un perfil técnico, su visión para detectar oportunidades y talento le permitió invertir y hacer posible que empresas como Fairchild, Intel o Apple arrancasen su actividad. Hoy vamos a dedicar unos minutos a conocer a Arthur Rock, un inversor de capital-riesgo con un talento innato para detectar oportunidades de éxito.
Arthur Rock, inventor del concepto de capital-riesgo e inversor en Silicon Valley, nació el 19 de agosto de 1926 en Rochester, en el Estado de Nueva York, y se licenció en Administración de Empresas en la Universidad de Siracusa en 1948. Tras terminar sus estudios ingresó en la Universidad de Harvard y cursó un máster en la prestigiosa Harvard Business School, donde obtendría el diploma en 1951. Tras finalizar sus estudios en Harvard, Rock volvió a Nueva York a trabajar como analista en Nueva York, dentro del departamento de inversiones de Hayden, Stone & Co, una empresa de Wall Street.
En 1956, en California, un grupo de ingenieros trabajaba con William Shockley (el inventor del transistor) en el laboratorio que éste había fundado pero las desavenencias de los jóvenes doctores con el autoritario Shockley los llevaron a plantearse fundar su propia empresa. Estos 8 emprendedores, conocidos como los 8 traidores (Julius Blank, Victor Grinich, Jean Hoerni, Eugene Kleiner, Jay Last, Sheldon Roberts, Robert Noyce y Gordon Moore, éstos últimos, posteriormente, fundarían Intel), decidieron emprender la aventura de fundar su propia empresa enfocada en el diseño y fabricación de circuitos electrónicos. Lógicamente, levantar una empresa no es una tarea sencilla y uno de los puntos básicos es la búsqueda de financiación con la que arrancar el proyecto.
El padre de uno de estos 8 emprendedores tenía una cuenta en Hayden, Stone & Co y aprovechó este hecho para que su padre fuese a las oficinas de la firma a hablar del proyecto de su hijo y sus socios con la idea de facilitarles el acceso y presentar formalmente la idea de negocio. Poco después, Alfred “Bud” Coyle y el propio Arthur Rock viajarían a California a conocer a los 8 traidores, conocer su idea y, tras las reuniones, acordaron buscar financiación para el proyecto.
Conocía algo sobre los semiconductores desde el punto de vista del negocio y apreciaba sus posibilidades
Rock y Coyle llevaban la cartera de inversiones de una compañía neoyorquina llamada Fairchild Camera and Instrument que se dedicaba a la investigación en el ámbito de la fotografía y las cámaras fotográficas y convencieron al propietario, Sherman Fairchild, para inyectar 1,5 millones de dólares en esta nueva empresa dedicada a los semiconductores (un ámbito que podía tener sinergias con las cámaras de fotos) y, en el caso de tener éxito, Fairchild podría tener la opción de comprar la empresa por 3 millones de dólares. Con este movimiento, el Silicon Valley vio el nacimiento de Fairchild Semiconductor, una empresa pionera que sigue funcionando a día de hoy.
Después del éxito de Fairchild Semiconductor, Arthur Rock, a través de Hayden Stone, también intervendría en la financiación de otra de las grandes compañías tecnológicas de Estados Unidos, Teledyne Technologies, a la que le consiguió una inyección de capital de 450.000 dólares en 1960. Además de facilitar la puesta en marcha de la empresa, Rock ingresaría en el comité ejecutivo de la compañía.
Tras esta operación, Arthur Rock llegó a la conclusión que todas las grandes empresas y operaciones relacionadas con el mundo de la tecnología tenían lugar en el área de la bahía de San Francisco, es decir, en el Silicon Valley; así que decidió trasladarse allí en 1961 y fundar su propia compañía de inversiones. Se asoció con Thomas J. Davis Jr y fundaron la compañía de fondos de capital-riesgo Davis & Rock donde el propio Rock aportó 3,5 millones de dólares a través de 25 socios-inversores (incluyendo a Henry E. Singleton, fundador de Teledyne). La compañía estaría activa desde 1961 a 1968 y se convertiría en la primera firma de capital-riesgo de la historia.
En estos 7 años de andadura, la compañía financió 15 empresas entre las que se encontraba Scientific Data Systems, en la inyectaron 257.000 dólares que rentabilizaron hasta obtener 60 millones de retorno. Con estas cifras de vértigo (la compañía pasó de 1 millón de dólares en ventas hasta los 100 millones), Arthur Rock se convirtió en uno de los personajes más reputados dentro del sector de la tecnología, con un increíble olfato para detectar oportunidades en las que invertir a pesar de no tener una formación técnica. En el caso de SDS, Rock siempre ha comentado que confiaba en el fundador de la compañía, el matemático Max Palevsky, y sabía que era capaz de hacer dinero con su idea.
Lo que me interesa es invertir en las personas
Palevsky, que también se convertiría en inversor, siempre habló maravillas de Rock y su intuición para los negocios:
Arthur tiene una increíble intuición. Su nariz nunca deja de asombrarme
En 1968, Robert Noyce y Gordon Moore decidieron emprender su propia aventura empresarial y decidieron dejar Fairchild Semiconductor para fundar una empresa que se convertiría en una de las más importantes del sector: Intel. Noyce, que durante la etapa de búsqueda de financiación para Fairchild se había hecho muy amigo de Arthur Rock y solían salir de acampada y de senderismo, lo llamó para comentarle su idea sobre Intel:
Bob me llamó por teléfono. Éramos amigos desde hacía tiempo... ¿Me presentó documentos? Prácticamente ninguno. La reputación de Noyce era suficiente. Escribimos alrededor de una página y media pero fui capaz de conseguir el dinero antes incluso que se leyesen ese dossier
Arthur Rock realizó en una tarde alrededor de 15 llamadas telefónicas y consiguió 2,5 millones de dólares para financiar la creación de Intel; una "colecta" de vértigo que sirvió para convertir aún más en leyenda a Rock y su habilidad para financiar empresas. En el caso de Intel, Rock buscaba algo más que fuentes de financiación y quería que los inversores, además, se sintieran parte de la compañía y aportasen su experiencia y valor a ésta, de hecho, Rock invirtió 300.000 dólares de su bolsillo y actuó como primer presidente de la empresa.
La gente entra con planes de negocio y sé que no todo lo que se dice en ellos se va a cumplir pero nos hace falta tener algo sobre lo que apoyarnos y guiarnos
Otro de los grandes hitos en la vida de Rock fue su encuentro con Steve Jobs y Steve Wozniak y su inversión en Apple. En 1978, Mike Markulla (inversor en Apple y CEO de la compañía desde 1981 a 1983), concertó una reunión entre Rock, Jobs y Wozniak para ampliar el capital de la compañía. Arthur Rock creyó en el proyecto y compró 640.000 acciones de Apple a 9 centavos de dólar la acción (57.000 dólares de capital), una inversión que rentabilizaría con creces tres años más tarde cuando Apple comenzó a cotizar en bolsa. ¿Y cuánto ganó Rock con esta inversión? Pues si tenemos en cuenta que los 57.000 dólares invertidos se convirtieron en 14 millones de dólares, el retorno de la inversión fue del 23.000 %, una cifra de vértigo.
Steve llevaba perilla y bigote, no llevaba zapatos, iba vestido de una manera horrible para aquella época, con pantalón vaquero (la misma indumentaria que ha llevado siempre), llevaba el pelo largo y parecía que no le habían cortado el pelo en 20 años. Mike estaba muy interesado en que lo recibiese, de hecho había comprado un tercio de la empresa, así que decidí invertir en la compañía y resultó ser una muy buena inversión. Steve Jobs era muy retórico y tenía la visión de que todo el mundo utilizaría, en no mucho tiempo, un ordenador personal. Nunca pensé que el mercado iba a ser tan grande como al final llegó a ser pero sí que veía a la gente gastando 2.000 o 3.000 dólares para comprarse su propio equipo
A finales de 1970, Arthur Rock comenzó a operar bajo el nombre de Arthur Rock & Co. aunque, realmente, solamente estaban él y su secretaria. Bajo esta denominación, Rock contribuyó al inicio de las operaciones de Diasonics, una compañía que fabricaba instrumentos médicos y también invirtió en ELXSi International y en Rational Machines.
Arthur Rock, que aún sigue en activo, ha marcado escuela en el campo de las inversiones porque, además de inyectar capital, mantenía una estrecha relación con su cartera de empresas participadas, realizando un seguimiento directo, asesorando o participando dentro de los consejos de administración.
En la actualidad Rock dedica parte de su tiempo a patrocinar programas educativos en escuelas y universidades. De todas formas, el sector de la tecnología ha cambiado mucho desde que él comenzase su actividad a principios de los años 60, unos cambios que él mismo comentaba en una entrevista al Wall Street Journal:
Las compañías en la actualidad parece que te hacen un favor al coger tu dinero. Cuando nosotros empezamos, las empresas se ponían muy contentas al vernos. Hoy en día existen muchas compañías de capital-riesgo operando y llaman a todas las puertas, una situación muy distinta a la época en la que comenzamos
Arthur Rock es una leyenda del Silicon Valley cuyo olfato hizo posible que empresas como Fairchild Semiconductor o Intel se convirtieran en los referentes que son hoy en día.
Imágenes: Jag Wire, Kate Mitchell, Universidad de Stanford y NHPR