En el periodismo deportivo, los rumores de fichajes son prácticamente un género en sí mismo. Durante las épocas en que los torneos descansan, los reporteros buscan ser los primeros en dar la noticia sobre transacciones millonarias, cambios de equipos y movimientos de nómina. Claro, muchas veces (como ocurre con todo tipo de información sin confirmar), los cambios no se realizan, o en el peor de los casos, se trató de una especulación infundada que logró colarse a las primeras planas.

A pesar de los yerros constantes, ciertas fuentes son consideradas como fiables por sus contactos en el mundo deportivo. Por esos pocos es que se mantiene la dinámica: una aguja dentro de un pajar de chismes y trascendidos. Sin embargo, la revelación de @FootballAgent49 muestra lo frágil que es esta dinámica de trabajo. En un mensaje, este supuesto agente de transferencias de fútbol desveló que se trata, en realidad, de un chico de 18 años que se divertía inventando rumores verosímiles sobre el mercado de piernas europeo.

En los últimos dos meses, @FootballAgent49 creó decenas de rumores sobre fichajes sólo por diversión. Jamás imaginó que su cuenta amasaría más de 43 mil seguidores y que sus bulos terminarían por hacer caer a periodistas de diarios como el Daily Mail. En su despedida, @FootballAgent49 se dice autor de los rumores sobre el fichaje de Kaká por el Manchester United a préstamo del Real Madrid. Aunque él admite haber engañado al rotativo inglés, si se hace una búsqueda más extensa, notaremos que otros como referentes como Marca, Fox Sports, ESPN o The Guardian cayeron por igual.

Además de los periódicos, @FootballAgent49 se convirtió en un referente para otras cuentas de Twitter, quienes reproducían sus afirmaciones sin confirmar. Así, bastaba con que él diera una nota que sonara plausible en un par de tweets para que se encendiera la mecha. El chico afirma que sus rumores llegaron a ser trending topics en el Reino Unido, España, Irlanda, Sudáfrica y otros países.

Ayer, @FootballAgent49 se despidió de Twitter agradeciéndole a los incautos que lo difundieron. Vaya que el chico habrá avergonzado a más de uno con su confesión. Lo que inició como una broma de una tarde de ocio terminó como uno de los engaños al periodismo deportivo más grandes de los últimos años -a mi me ha recordado un poco a la broma de Antonio Martínez y el National Geographic-. No se debe creer todo lo que lee.

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