¿Feliz con tus nuevos Beats by Dr Dre? -- ¿Por fin te sientes parte de un privilegiado círculo de personas que tienen algo en común?
Bueno, la verdad es que cada vez que sales con ellos te ves bastante ridículo. ¿Por qué? Imagina la siguiente situación: Va un grupo de amigos a tu casa y les muestras tu nueva TV: 60 pulgadas, con materiales de construcción maravillosos y el mejor diseño industrial del mercado. Pero sólo se puede ver el video en blanco y negro a baja resolución.
Ahora imagina la cara de tus amigos. Y las risas posteriores. Bueno, es exactamente lo mismo que pasa con tus Monster: Beats, audífonos con diseño superior que se escuchan, en una palabra, horrible.
Y aunque suena obvio, los audífonos se adquieren y se usan para escuchar música con buena calidad, no para verte bien por la calle. Y aunque a nadie le gusta usar cosas que se ven "feas", tampoco tiene sentido tener un aparato sobre la cabeza, cubriendo tus orejas tan solo para hacerle creer al mundo que eres cool.
En el juego de los Beats de Monster han caído muchas marcas y tiendas de tecnología, desde HTC (que llegó a invertir 300 millones en la marca) hasta Apple que los venden en todas sus tiendas, haciéndoles pensar a los clientes que, por estar ahí y por costar 300 o más dólares, son buenos aparatos.
Pero no lo son. De hecho, por lo que cuestan son un verdadero robo. Tienen una calidad de audio terrible y su principal característica es que los bajos suenan muy altos. No solo es mi opinión, personas como Tyll Hertsens (editor general del venerado InnerFidelity.com comentó al New York Times alguna vez:
En términos de desempeño de audio es de lo peor que puedes comprar.
La historia de Monster vendiendo accesorios a precios desorbitados, justificándolo por su exterior (y no su funcionamiento), es bastante extensa. En los 90s vendían cables de audio 10 o 15 veces más caro que cualquier otro en base a la mentira de que sonaban mejor. Aún cuando no hay evidencia alguna que apoye tal aseveración.
En épocas recientes han aplicado la misma técnica con cables digitales, incluyendo los populares HDMI, que, como hemos explicado antes no hay diferencia entre uno barato y uno caro. Estos días hacen exactamente lo mismo, pero con audífonos.
La estrategia de Beats y Monster es brillante: vender un accesorio por cómo se ve, sin importar mucho cómo suena y ponerle un precio premium. El negocio es redondo, no solo porque hay un segmento grande de personas en la necesidad de sentir que llevan en sus oídos algo que tenga cierto estilo (hay que aceptarlo, unos Sennheiser no son necesariamente bonitos), sino porque en el proceso tienes a famosos comprándolos y a su legión de seguidores haciendo exactamente lo mismo (la motivación aspiraciones es fuerte).
Es una idea tan buena que 50 Cent y Ludacris han seguido los pasos sacando sus propias líneas de audífonos SYNC y Soul, respectivamente. Ninguno, de lejos, con el éxito, marketing, expansión internacional, poder de distribución que ofrece la unión entre Monster y Beats.
Pero el marketing, el diseño, el precio, el cable rojo, el nombre o el "respaldo de Dr. Dre o el precio hacen que un dispositivo tecnológico tenga buena calidad de reproducción de audio y ese es el mayor problema.
Por 300 dólares (o su equivalente) puedes adquirir audífonos de muchísima mayor calidad (sí, más discretos) pero que te harán escuchar la música de una forma diferente y entender que hay mejores maneras de disfrutar a tus bandas favoritas. Te recomiendo ver la guía de audífonos de Inner Fidelity en rangos de 100 a 250 dólares y de 250 a 500 dólares. Y si te interesan unos que cobran toda la oreja, te recomiendo los Beyerdynamic DT 1350, que cuestan lo mismo que unos Beats.
Por mi parte yo he usado unos Etymotic Hf-2 durante casi dos años y no puedo estar más contento.
Foto: Michael Nienaltowski