DARPA, la agencia de investigación del Departamento de Defensa de Estados Unidos, desarrolla y financia múltiples proyectos de investigación cuyo objetivo final (aunque a veces cuesta verlo) es su aplicación en sus fuerzas armadas y sus sistemas de defensa. Una de las líneas de trabajo de DARPA es la robótica, algo que hemos podido ver materializado en proyectos como PETMAN, AlphaDog o la mano para la desactivación de explosivos que presentó ayer el Laboratorio Nacional Sandia. La Universidad de Harvard, desde hace tiempo, viene desarrollando para DARPA un proyecto de robots de bajo coste bastante singulares que se desplazan reptando cual serpiente y que son capaces de mimetizarse con el medio en el que se encuentran.

Este robot de DARPA, realizado por la Universidad de Harvard, supone un cambio de tercio con respecto a los robots que estamos acostumbrados a ver puesto que, desde el punto de vista de su aspecto, tiene forma de gusano y se desplaza reptando, es decir, contrayendo su cuerpo y luego estirándolo. Además, en vez de estar construidos con metales, circuitos y servomotores, el armazón del robot está realizado con silicona y en su interior fluye aire y un gel que, mediante un compresor externo (por ahora es una prueba de concepto) se extrae el líquido o se dispara y así se provoca el movimiento en la estructura.

El proyecto, realmente, lleva tiempo gestándose en Harvard donde ya desarrollaron la estructura del robot (basada en polímeros) y su forma (una especie de gusano con un par de patas delanteras y traseras) pero ahora, casi un año después de su primera presentación al gran público, el sistema es capaz de camuflarse con el medio en el que se encuentra. Teniendo en cuenta que DARPA está financiando el proyecto, que el robot pueda mimetizarse con el entorno es un valor muy interesante para el ámbito de la defensa y, además, también podría ser capaz de mimetizarse con las condiciones ambientales, es decir, igualar su temperatura a la del entorno y evitar la detección térmica.

Dado que su interior está relleno de un gel líquido, en éste se pueden inyectar pigmentos para darle color y, por ejemplo, hacer que se confunda con la superficie sobre la que se desplaza y, siguiendo el mismo camino, también se puede controlar la temperatura del líquido y adaptarla al entorno. Por ahora, la inyección de los líquidos se realiza con una bomba externa pero la idea es que, tras estas pruebas conceptuales, se pueda integrar la bomba en el interior de la estructura y obtener un sistema mucho más autónomo.

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Otro de los objetivos del proyecto es diseñar robots con un bajo coste de desarrollo y fabricación (unos 100 dólares por robot), un detalle especialmente interesante que podría permitir su fabricación a gran escala sin que la pérdida de alguna unidad suponga una pérdida significativa y, dada su peculiar forma, podrían utilizarse ante emergencias o para acceder a edificios o lugares de difícil acceso. Además, dejando a un lado el uso militar o en trabajos de rescate, el movimiento de este robot hace pensar a los investigadores en extrapolar sus resultados al ámbito de la medicina:

Estamos ante un sistema que puede simular el movimiento de los músculos con bastante precisión y es capaz de transportar fluidos, dos propiedades que podrían dar pie a desarrollar dispositivos que podrían solventar ciertos problemas quirúrgicos

Vale la pena reservar unos minutos y ver el vídeo de demostración que DARPA ha publicado de este singular experimento, eso sí, por ahora la velocidad de este sistema es algo escasa (unos 40 metros por hora).