From, la serie que cuenta la historia de un pueblo del que nadie puede escapar, sorprendió al público y hasta al mismísimo Stephen King. Eso, al lograr una inteligente combinación entre el suspense y el terror en estado puro. Pero no es la primera producción en formato episódico en sorprender por equilibrar dos géneros a la vez, en un escenario enigmático. Servant de Apple TV+ y producida por M. Night Shyamalan, cuenta la historia de una tragedia en clave de terror con una atmósfera densa. Y de la misma manera que From, reflexiona sobre el miedo desde un punto de vista novedoso.
La producción, que culminó en 2023 con su cuarta temporada, fue de las primeras en el catálogo del servicio por suscripción de los de Cupertino. También, uno de los proyectos más interesantes, al mezclar varios tópicos del terror en un mismo escenario. La historia, que sigue a la familia Turner en medio de un duelo trágico que rápidamente se transforma en un hecho sobrenatural, es sorprendente. Pero también, es una hábil reflexión acerca del duelo, el sufrimiento extremo y la violencia. Todo enmarcado en la posibilidad de un suceso inexplicable que une a todos los miembros de una familia en un secreto.
Paso a paso, la serie logra explorar en los más singulares giros, sin explicar demasiado sobre lo que en realidad ocurre. Algo que permite que el subtexto sobrenatural se haga más complicado, singular y tenso. Con una primera temporada que se enfocó en ese punto de vista y tres más, que ampliaron el universo de la historia a niveles desconocidos, Servant se convirtió en una obra icónica. Pero además, en una demostración que el terror puede crear su propio ritmo y dinámica, incluso a lo largo de varias docenas de capítulos.
Una historia trágica que se convierte en un escenario tenebroso
Servant comienza contando algunos indicios, de lo que parece un dramático momento familiar. Leanne (Nell Tiger Free) es contratada como niñera por un matrimonio joven, formado por Dorothy (Lauren Ambrose) y Sean (Toby Kebbell). Ambos son exitosos, atractivos y según los primeros indicios que el guion de Tony Basgallop ofrece, disfrutan de una vida ideal en su espaciosa casa de Filadelfia. A lo que habría que sumar, un bebé en crecimiento, por el que la empleada tendrá que velar.
Pero como era de esperarse, todo es más complicado que ese paisaje plácido de felicidad doméstica. Como pronto descubrirá Leanne, la mera existencia del pequeño Jericho esconde una revelación. Una, además, de naturaleza tan dolorosa y traumática, como para que la cordura de Dorothy y la estabilidad familiar, dependan de que el secreto se mantenga oculto. La serie juega con esa visión acerca del horror apenas sugerido, creando una atmósfera cada vez más densa y complicada. Mucho más, cuando la propia Leanne se convierta en parte de los enigmas con que los personajes deben lidiar.
La serie está más interesada en crear la sensación que lo que ocurre dentro de las paredes de la casa de los Turner, podría tener varias explicaciones. Eso antes de ofrecer una explicación directa o al menos, convincente de un suceso que escapa a toda comprensión racional. Por lo que se enfoca en varias perspectivas a la vez. Desde la posibilidad que todo sea un engaño hábil, fraguado y puesto en práctica por Leanne, hasta que lo que pasa sea un síntoma de histeria colectiva. Lo cierto es que Servant es cuidadosa al explorar en cada uno de esos escenarios. Todo, mientras el miedo se hace más palpable e indica, que cualquier conclusión, llevará consigo la posibilidad de incluso una tragedia más atroz que la que ya ocurrió.
El terror psicológico llevado a un nuevo nivel
Con una premisa semejante, Servant se enfrentó al reto de mantener su ritmo y tensión a lo largo de varias temporadas. Por lo que toma una decisión inteligente: la de hacerse menos misteriosa y densa, en beneficio de reflexionar sobre la naturaleza del mal y lo inexplicable. Después, de los complejos sentimientos que agobian a sus protagonistas.
De hecho, la segunda y tercera entrega, reflexionan, a partir de un punto de vista novedoso, acerca de la necesidad del sacrificio, la maternidad y el dolor. Eso, sin olvidar o disimular, su evidente inclinación por hacerse más ingeniosa para mostrar el terror puro e incluso, de un giro de tensión psicológica.
No obstante, es su entrega final, la que brilla por su capacidad de finalmente, revelar sus secretos, para, además, explorar en una mitología por completo nueva. En su último capítulo, Servant insinuó que el universo de la serie, es mucho más complejo, extraño y poderoso del que nadie podía pensar. Un punto que comparte con varias de las mejores historias de terror y suspense de la década. Un deleite para los fanáticos de ambos géneros.