La copia no es únicamente un proceso cultural o computacional, es también uno de tipo biológico y el cual según nuevas líneas de investigación científica podría ser la razón de la inteligencia humana.

De acuerdo a información del blog de Discovery, un error de edición que sucedió durante el proceso de copia de DNA, creó las mutaciones de las células cerebrales que nos distinguen de los primates.

Cuando una célula se divide, primero copia su genoma entero. Durante este proceso pueden suceder errores. La célula por lo general arregla sus errores en el DNA. Pero cuando esto no sucede, se convierten en cambios permanentes llamados mutaciones, que algunas veces son dañiños y otras ayudan, aunque usualmente inocuos.

Un tipo de error es la duplicación, cuando la máquina de copiado del DNA accidentalmente copia una sección del genoma dos veces. La segunda copia puede ser cambiada en copias futuras — ganando mutaciones o perdiendo partes.

La copia de un gen resulta en información extra que permite hacer cambios y modificaciones, sin dañar el organismo en cuestión: una copia original de material genético. ¿Les suena familiar?

El investigador Franck Polleuz afirma que se ha centrado la atención equivocadamente en ciertos tipos mutaciones, ya que hay 30 genes que han sido duplicados selectivamente por los humanos y a los cual se refiere como ”innovaciones genéticas”.

Uno de los genes que han sido duplicados al menos dos veces durante la evolución humana es el llamado SRGAP2, el cual esta involucrado en la construcción de la corteza cerebral. Su primera copia genética se realizó hace 3.5 millones de años y la segunda hace 2.5 millones de años.

La segunda, la más reciente, duplicación parece estar incompleta, solamente una parte del gen fue copiado. Los investigadores piensan que este gen parcialmente duplicado ha sido capaz de interferir en las acciones del original, la copia ancestral del SRGAP2. Cuando los investigadores añadieron el gen parcialmente copiado al genoma de un ratón (los ratones normalmente no lo tienen) al parecer aceleró la migración de las células del cerebro durante su desarrollo, lo cual hace la organización del cerebro más eficiente.

La copia incompleta del gen, apareció a la par de la extinción del homínido Australopithecus, haciendo espacio para el surgimiento del género Homo, el cual dio paso al humano moderno.

Existir es diferir

Gabriel Tarde, un sociólogo y criminologo francés (muy poco valorado a pesar de su brillante y visionario pensamiento), exploró desde el siglo XIX las coincidencias del proceso de copia entre organismos biológicos y sociales; para explicar la forma en la cual la imitación y la repetición generan innovación y eventualmente capital intelectual.

En este caso, claro, estamos hablando de la inteligencia como una innovación genética producida por organismos biológicos. Pero para Tarde algo muy parecido es lo que sucede con las copias que realizamos los Homo Economicus que habitamos el Antropoceno. Gabriel Tarde considera que la innovación (de cualquier tipo) depende de las diferencias creadas por la imitación y la proliferación, los cuales a su vez dependen de la repetición, la oposición y la adaptación. Para Tarde, existir es diferir.

Con la cultura y el conocimiento el proceso no es muy distinto a este fenómeno de duplicación y diferenciación de células. Por lo tanto, condenar la copia en base a la inercia psicótica de los mercados, en vez de entender sus múltiples dimensiones — es simplemente cuestión de primates.

La evolución y la copia son inseparables.