Un reciente estudio ha conseguido realizar por primera vez un escáner cerebral con resonancia funcional magnética fMRI a dos perros no sedados y en libertad.

¿Qué piensa mi perro cuando me mira con esa mirada tan adorable? ¿Qué quiere? ¿Me reconoce? ¿Sabe cuando estoy contento o furioso? ¿Tiene empatía, es decir, es capaz de ponerse en mi situación emocional y sentirse como yo alegre o triste? ¿Cuánto entiende del lenguaje con el que trato de comunicarme en él?

Cualquier dueño de un perro puede responder a estas preguntas. Y la respuesta será sin duda sesgada. Mi perro es muy listo y lo entiende todo. Hoy estamos un poco más cerca de responder de forma objetiva a estas preguntas. Se ha iniciado una serie de experimentos con perros en un escáner de resonancia magnética.

Una resonancia funcional magnética fMRI mide el consumo de oxígeno en cada parte del cerebro. A partir de ello se infiere que áreas están más activas en cada momento. Es la estrella de la neuroimagen y se realizan cientos de experimentos anuales para estimar qué partes del cerebro son responsables de cada conducta. La fMRI se realiza en un gran escáner en el que hay que introducir la cabeza y permanecer completamente quieto. Si nos movemos, la imagen sale borrosa y es inútil.

Para realizar el estudio se han usado dos perros, Callie, un Feist de 2 años y McKenzie, un Border Collie de 3 años. Los perros fueron entrenados durante meses para entrar en el escáner fMRI y mantenerse completamente inmóviles mientras se medía su actividad neural. En los estudios anteriores realizados con perros estos estaban sedados de modo que sus respuesta neurales eran atípicas. Es la primera vez que esto se realiza con perros no sedados ni atados. Para protegerse del ruido, los perros llevaban orejeras.

En este primer experimento se estudió la respuesta a los movimientos de la mano de su amo. Una señal significa que el perro recibiría una salchicha de regalo. Otra señal significa que el perro no recibiría nada. La región caudada del cerebro, que en los humanos está relacionada con la recompensa, se activaba con la primera señal y no con la segunda.

Estos resultados indican que los perros ponen mucha atención a las señales humanas. Y estas señales están en línea directa con el sistema de recompensa del perro.

El estudio es interesante por la relación especial del perro y el hombre. El perro es la primera especie domesticada por el hombre hace 10.000 años. Estudiar al perro es estudiar antropología humana. Nosotros creamos al perro, pero en alguna medida el perro nos creó a nosotros. El estudio versa sobre la cognición canina. También sobre la comunicación entre especies distintas y su cognición social.

Este es el primero de una serie de estudios. Parecen prometedores entre otras cosas por la actitud de sus protagonistas. Calli entraba en el escáner por su propio pie y a veces cuando no era su turno. Estaba deseosa de colaborar.