Un día en vuestra ciudad aparece una gigantesca bola roja. Una bola que puede estar incrustada entre edificios, en el arco de algún puente, en una arboleda. Una bola roja, descarada y atrayente que capta la atención de todo el mundo. Si cualquier día os tropezáis con esa bola roja de casi cuatro metros de altura significa que RedBall Project ha llegado a la ciudad. Esta bola hinchable de vinilo es una instalación urbana obra de Kurt Perschke, artista nacido en Chicago, que busca ofrecer algo diferente, memorable y universal.

Varias son las ciudades que han dado cobijo al RedBall Project, entre ellas Barcelona, Sydney, Taipei, Abu Dabi , Nueva Yoirk, Chicago o Toronto. La gente no solo puede quedarse impactada con la gigantesca bola sino que también puede lanzarse contra ella, tocarla, abrazarla o simplemente apoyarse contra su superficie. Durante este verano la bola estará de gira por el Reino Unido, formando parte de los actos y eventos que tendrán lugar antes de los Juegos Olímpicos de Londres.

Kurt Perschke ha realizado esculturas, vídeos y collage, tiende a trabajar en espacios públicos porque le gusta que la gente interactúe con su obra mientras que la obra en si interactúa con el entorno. El artista describe el proyecto de esta manera:

A través del Proyecto Red Ball puedo utilizar mi oportunidad como artista para ser un catalizador de nuevos encuentros en el día a día. A través de la naturaleza magnética, juguetona y carismática de la Red Ball, la obra es capaz de acceder a la imaginación incrustada en todos nosotros. En la superficie, la experiencia parece ser de la propia pelota como un objeto, pero el verdadero poder de este proyecto es lo que puede crear para aquellos que lo experimentan, pues se abre una puerta a imaginar ¿qué pasaría si? Como Red Ball viaja por todo el mundo, la gente se me acerca en la calle con sugerencias sobre dónde ponerlo en su ciudad. En ese momento la persona no es un espectador sino un participante en el acto de la imaginación. Lo he visto en todos los continentes, se extiende por diversas edades, culturas y lenguas, siempre ha significado una invitación. Esa invitación a participar, a imaginar colectivamente, es la verdadera esencia del Proyecto Red Ball. El arco más grande del proyecto es cómo cada ciudad responde a esa invitación y, con el tiempo, lo que la historia en desarrollo revela acerca de nuestra imaginación individual y cultural.

La idea es muy buena y el impacto visual es innegable, además la posibilidad de juguetear con la bola gigante es de lo más tentadora. ¿Algún lector se ha encontrado con esta instalación?

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