Desde hace tiempo sabemos que cerca del final de sus días las estrellas expulsan al espacio gran parte de su masa dado lugar a lo que que se conoce con el nombre de polvo de estrellas. ¿Pero cómo se producen esas inmensas eyecciones? Justamente esta importante cuestión es la que ahora acaban de lograr responder un grupo internacional de científicos gracias a la ayuda del telescopio chileno VLT (siglas de Very Large Telescope).

Hasta hoy la teoría decía que los granos de polvo se formaban en torno a las estrellas moribundas succionando su luz hasta que eran empujadas a grandes velocidades hacia el espacio, produciendo estas a su vez “súper vientos100 millones de veces más potentes que el viento solar durante miles de años.

Pero la teoría no valía ya que no funcionaba. Al realizar recreaciones por ordenador del fenómeno aplicando la hipótesis los resultados indicaban que las partículas de polvo se calentarían demasiado al absorber la luz del astro evaporándose antes de poder ser expulsadas al cosmos.

Claramente algo se nos estaba escapando, y era ni más ni menos que el tamaño de los granos de la discordia que por primera vez se han podido medir con bastante precisión mediante el potentísimo VLT, o un hito en sí mismo. Para que os hagáis una idea de la complejidad del asunto según Barnaby Norris, uno de los autores del estudio:

Es como si un observador se encontrara en Sidney y pudiera ver una taza de café situada en una mesa en Melbourne y medir su tamaño.

El caso es que al medir las partículas de silicio de tres estrellas gigantas rojas, el equipo de astrónomos encontró que los granos eran mucho más grandes de lo que se creía, por lo que en vez de absorver la luz de los astros la reflejan como si fueran espejos manteniéndose a temperaturas frías sin ser destruidas hasta que son expulsadas al exterior por la luz de las estrellas.

Resumiendo, acabamos de dar un paso de los grandes en la compresión del proceso mediante el que la muerte de unas estrellas da lugar al nacimiento de otros nuevos cuerpos celestes. En palabras de Albert Zijlstra, co-autor del trabajo:

En el superviento el polvo sobrevive a la estrella, y después formará parte de las nubes del espacio donde se forman nuevas estrellas. En ese momento el polvo de estrellas se convertirá en los elementos constitutivos de planetas, como la Tierra. Hemos dado un gran paso para entender este ciclo de vida y muerte.

Nota: La imagen que acompaña al post es una foto de la preciosa Nebulosa Trífida.

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